Un libro de Enzo Bianchi (Sal Terrae, 2013). La recensión es de Jesús Sastre García
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Título: Nuevos estilos de evangelización
Autora: Enzo Bianchi
Editorial: Sal Terrae, 2013
Ciudad: Santander
Páginas: 112
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JESÚS SASTRE GARCÍA | Enzo Bianchi, fundador y prior de la comunidad monástica de Bose, ha publicado ya en Sal Terrae varios libros, entre ellos uno con mucha aceptación: Por qué orar, cómo orar (2010). La perspectiva desde la que siempre escribe es la de la espiritualidad, pero una espiritualidad encarnada.
En este caso, se trata de una publicación breve, sencilla y divulgativa. Aunque su título no refleja bien el contenido, porque aborda lo que entendemos por evangelización en sentido estricto: la fuente, el contexto, el contenido, por qué y cómo evangelizar y la relación entre liturgia y evangelización. El capítulo quinto se detiene en la perspectiva fundamental: cómo los cristianos tenemos que evangelizar. Para el autor, la respuesta es el estilo de vida.
Algo recorre de manera transversal estas páginas: la forma con que el cristiano vive y testimonia la fe. La referencia no puede ser otra que Jesús de Nazaret, quien con su vida humilde y misericordiosa “narra a Dios”. Este –y no otro– debe ser el estilo con el que la Iglesia y cada comunidad cristiana se hacen presentes, se encarnan y anuncian el Evangelio. Por tanto, no es el número, sino la calidad de vida cristiana lo que lleva a estar cerca del otro, a escuchar sus preguntas, a sentir sus búsquedas y, con profundo respeto, proponerle la Buena Noticia de la salvación.
En definitiva, “solo una Iglesia evangelizada podrá ser una Iglesia evangelizadora”; necesitamos conversión y discernimiento para anunciar a Jesucristo en un contexto de indiferencia y pluralismo. Y el autor subraya tres contenidos de la evangelización: el cristianismo como fe, no callar sobre las cuestiones últimas y anunciar el perdón de los pecados. Esto exige que los evangelizadores, todos los cristianos, sustentemos el anuncio del Evangelio desde una “vida buena, bella y dichosa”, capaz de seducir el corazón de los que nos ven.
Dos temas me parecen muy interesantes y necesarios por lo que tienen de fundamentación: la Palabra como fuente de la evangelización (cap. 1) y la relación liturgia-evangelización (cap. 6). Conviene repensar ambos aspectos, con frecuencia olvidados o no interpretados adecuadamente, pues nosotros no somos los protagonistas de la evangelización.
Sus reflexiones y propuestas nos pueden ayudar mucho. El libro es una buena herramienta para abordar el tema de la evangelización con grupos y es un buen servicio a la misión de la Iglesia en este Año de la fe.
En el nº 2.862 de Vida Nueva.
