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‘Neurociencias, espiritualidades y religiones’


Un libro de Ramon Maria Nogués (Sal Terrae / Universidad Pontificia Comillas) La recensión es de José Manuel Lozano-Gotor

Neurociencias, espiritualidades y religiones, libro de Ramon Maria Nogués, Sal Terrae Universidad Pontificia Comillas

Título: Neurociencias, espiritualidades y religiones

Autor: Ramon Maria Nogués

Editorial: Sal Terrae / Universidad Pontificia Comillas

Ciudad: Santander / Madrid, 2016

Páginas: 190

JOSÉ MANUEL LOZANO-GOTOR | Autor de varias obras dedicadas al estudio de la religión en diálogo con las neurociencias, el escolapio Ramon Maria Nogués, catedrático emérito de biología humana y especialista en evolución molecular del cerebro, se propone aquí levantar acta de la reevaluación del hecho espiritual y religioso que hoy se está produciendo a consecuencia sobre todo del pluralismo social y cultural reinante.

El esfuerzo por mostrar desde una perspectiva tanto neurocientífica como biológica la legitimidad y el interés adaptativo de las espiritualidades y religiones, así como la riqueza e importancia de sus aportaciones, constituye lo más llamativo del libro (fruto de unas conferencias en la Universidad de Deusto).

Pero lo que nos ofrece es mucho más amplio, pues en la segunda parte se despliega una sugerente aproximación –mitad fenomenológica, mitad crítica– al hecho espiritual y religioso, escrita desde un vasto conocimiento de la historia de las religiones, pero también desde la pasión y el entusiasmo del creyente que quiere contribuir a que la experiencia religiosa, purificada de las deformaciones que la afean, recobre toda su pujanza en el mundo actual.

Los caps. 1 y 2 ofrecen una excelente síntesis de los actuales conocimientos neurocientíficos, pensada para iluminar las reflexiones posteriores. El cap. 3 sirve de transición, ya que –a la luz de lo anterior– incluye a la religión, junto con la ética y la estética, entre las dimensiones trascendentes o “de lujo” del ser humano, situadas más allá de las necesidades biológicas, pero seguramente inevitables y hasta inerradicables. El cap. 4 se centra en las espiritualidades, que el autor define como “configuraciones generales del espíritu que nos permiten interpretar nuestro mundo interior y situarlo en un marco de sensibilidad y sentido para la vida” (p. 96); entre otras cosas, enumera algunos indicadores de salud de las mismas. El cap. 5 está dedicado a las religiones y gira en torno al “factor” Dios, analizado desde diversos ángulos (existencial, discursivo y cultural). El cap. 6 reflexiona en una perspectiva muy amplia sobre “ejercicios espirituales”, en concreto, sobre los planes de vida y la meditación. El último capítulo invita, sobre el trasfondo de los cambios sociales y culturales de los últimos años, al discernimiento sereno de las opciones espirituales y religiosas, porque “no todo vale igual” (p. 173).

Ideas para la reflexión

Merece la pena llamar la atención sobre algunas ideas de Nogués que convendría tener muy presentes en toda reflexión sobre estos temas:

  1. La complejidad de lo mental. Además de insistir en la base biológica (no solo cerebral, sino corporal en sentido amplio) de la vida mental, Nogués subraya que las emociones desempeñan en ella un papel tan importante como la razón.
  2. La legitimidad del yo como factor de integración. Si bien algunas formas de espiritualidad se presentan como un camino de superación o disolución del yo, este tiene una importancia decisiva para la edificación de una personalidad integrada, no caótica. Lo que sí que hay que dejar atrás es el yo narcisista.
  3. El equilibrio entre el genio espiritual y el peaje institucional. Toda experiencia espiritual, si quiere pervivir y extenderse, está abocada a adoptar algún tipo de forma institucional. La institucionalización no es mala en sí, aunque conlleva unos riesgos ante los que es necesario estar alerta.
  4. La complementariedad entre espiritualidad y religión. Sin negar legitimidad a formas de espiritualidad transreligiosas o arreligiosas, Nogués concibe la religión como la “guinda” de la espiritualidad y esta como el sustrato nutricio de la religión. No tiene por qué haber contraposición entre ellas.
  5. Los desafíos a los que actualmente ha de responder el lenguaje sobre Dios. Tras unas excelentes páginas dedicadas a la elaboración de las imágenes de Dios, se analizan los retos hoy más acuciantes, que guardan relación con el problema del mal, la supuesta tendencia de los monoteísmos a la violencia e imposición y la búsqueda de sentido, así como con el hecho de que ahora son los creyentes quienes tienen la carga de la prueba, puesto que la existencia de Dios ya no se da por descontada.

Tal vez se eche de menos una mayor presencia de la perspectiva neurocientífica en los últimos capítulos (solo en el cap. 6 se tiene ampliamente en cuenta al tratar de la meditación), lo que haría la reflexión aún más interdisciplinar. Pero esto queda compensado con creces por la abundancia de información, la claridad argumentativa y la lucidez analítica, tan respetuosa de lo espiritual y religioso como crítica con sus deformaciones, que una vez más nos brinda el autor.

En el nº 2.997 de Vida Nueva

Actualizado
15/07/2016 | 00:30
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