En ‘El revés de la trama’ Javier Morales recensiona Más allá, Tánger , de Álvaro Valverde (Tusquets, 2001).
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Título: Más allá, Tánger
Autor: Álvaro Valverde
Editorial: Tusquets Editores, 2014
Ciudad: Barcelona
Páginas: 122
JAVIER MORALES | Puede chocar que diga esto en una tribuna en la que escribo sobre libros, pero lo cierto es que no me considero un buen lector de poesía. Creo tener los mimbres necesarios para abordar una obra narrativa con rigor, pero no cuando se trata de poesía. Sin embargo, eso no quita para que tenga mis poetas de referencia y que con frecuencia recurra a ellos en busca de refugio. Uno de ellos es, sin duda, Álvaro Valverde (Plasencia, 1959), a quien me unen certezas geográficas, literarias y afectivas.
Considerado como uno de los poetas más representativos del panorama español, la aparición de un nuevo libro de Valverde es siempre una magnífica noticia para sus seguidores, entre los que me encuentro. Y debería serlo también para quienes aún no conocen la obra de un escritor que sabe tocar la tecla de nuestras emociones con una mirada reflexiva y serena.
Aparece ahora Más allá, Tánger, en la exquisita colección ‘Textos Sagrados’ de la editorial Tusquets, quizás el poemario más narrativo de Valverde. Una mujer regresa a Tánger muchos años después de haberse visto obligada a abandonarla, cuando aún era una niña. Pero el reencuentro con esta ciudad anhelada, casi imaginaria ya, no lo conocemos a través de sus palabras, sino a través del poeta, que la acompaña y ve Tánger por primera vez. Los recuerdos de la mujer, por tanto, se fusionan con las imágenes que va adquiriendo el poeta de primera mano, quien acaba indagando en la memoria y el olvido hasta reinventar una ciudad mítica, Tánger, lugar de encuentro para muchos escritores.
“Como a Venecia, Valparaíso o Estambul,
solo hay un modo de llegar a Tánger”,
dice Valverde.
Y es verdad que tal vez haya un solo modo de arribar allí, pero no de contemplarla. Lo percibimos en sus versos, que profundizan aún más en la austeridad. El poeta placentino exprime las palabras y las deja casi desnudas, para permitir que lleguen a nosotros con limpieza y nos evoquen las confesiones más íntimas.
En el nº 2.918 de Vida Nueva
