Libros

‘La Biblia en un fragmento’


Una obra de Gianfranco Ravasi (Sal Terrae). La recensión es de Pedro Barrado

La Biblia en un fragmento, Gianfranco Ravasi (Sal Terrae)

Título: La Biblia en un fragmento. 200 puertas al Antiguo y al Nuevo Testamento

Autor: Gianfranco Ravasi

Editorial: Sal Terrae

Ciudad: Santander, 2014

Páginas: 352

PEDRO BARRADO | Este libro es una antología comentada de fragmentos bíblicos que van desde el Génesis al Apocalipsis. En total, ciento ochenta y dos textos breves (de no más de tres versículos cada uno de ellos), más las correspondientes introducciones a los diferentes bloques de libros bíblicos, comentados con admirable competencia por una persona relevante de la Iglesia: el cardenal Gianfranco Ravasi, prefecto del Pontificio Consejo para la Cultura y, como tal, responsable de poner en práctica esa iniciativa de Benedicto XVI llamada Atrio de los Gentiles.

Precisamente, una de las características destacable de estos comentarios es el diálogo casi permanente que se establece con la cultura en sus diversas facetas: literaria, musical, cinematográfica, etc. Así, por ejemplo, al Semá de Dt 6, 4-5 le sale al encuentro la película Kapo, de Gillo Pontecorvo, o la composición para coro y orquesta Threni, de Igor Stravinski, queda convocada, lógicamente, en el comentario a Lam 1, 12.

El cardenal Ravasi, que durante años fue profesor de exégesis del Antiguo Testamento y profesor de hebreo en el Seminario de Milán, ha sabido aunar en estos comentarios el dato “científico” –el matiz gramatical de un término, la precisión histórica de un acontecimiento, el sesgo teológico de una tradición– con la profundidad espiritual, de modo que casi podríamos decir que cada comentario acaba siendo la ilustración de un ejercicio de lectio divina, escrito además bellamente.

Riqueza de la Escritura

Su intención es ofrecer una pequeña muestra de la riqueza del conjunto que constituye la Escritura. Consciente de que vivimos un tiempo “fluido, superficial e indiferente”, estos fragmentos pretenden ser pequeñas iluminaciones en el camino, a modo de fogonazos que no dejan de ser a su manera lámpara para los pasos en medio de la tiniebla. Como especialista en la Biblia –efectiva y afectivamente–, el también colaborador de Vida Nueva es consciente de que los fragmentos, en cuanto resultado de una operación de recorte de un texto (por cierto, “recorte” sería una buena traducción para “perícopa”), corren un riesgo evidente: el de constituir “un acto casi agresivo que rompe un cuerpo y un objeto unitario, reduciéndolo a trocitos, a astillas, a briznas, incluso a añicos” (p. 5).

Por eso, tarea principal de estos comentarios será evitar en la medida de lo posible la fragmentariedad del pasaje bíblico referido, precisamente tratando de “reconstruir el contexto que hacía vivo y vibrante aquel jirón de palabras que hemos recortado con el bisturí de la cita [bíblica]” (ibíd.).

Estas 200 puertas al Antiguo y al Nuevo Testamento nos permiten entrar en un libro que, sin duda, ayudará a abrir el apetito bíblico y del que se sacará mucho provecho.

En el nº 2.946 de Vida Nueva.

Actualizado
19/06/2015 | 04:19
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