Libros

Justificados por el amor


Recensión de Fernando Cordero sobre la obra de Luciano Monari La libertad cristiana, don y tarea (Narcea, 2014).

L_Narcea

Título: La libertad cristiana, don y tarea

Autor: Luciano Monari

Editorial: Narcea, 2014

Ciudad: Madrid

Páginas: 88

FERNANDO CORDERO (SS.CC.) | Luciano Monari, teólogo y biblista, es desde 2007 obispo de Brescia, diócesis de la que era oriundo el papa Pablo VI.

Partiendo del reconocimiento de la libertad humana como uno de los mayores tesoros, se plantea cuáles son las raíces de la libertad cristiana, don y tarea, que Pablo anuncia en estos textos que son como dos tablas de un díptico: Rm 8, 1-4 (Cristo nos libera del pecado y de la muerte) y Rm 7, 18-19.21-23 (queriendo hacer el bien, se presenta el mal).

El amor al bien es una manera de vivir, aunque lleva consigo el temor que acompaña la satisfacción inmediata. Solo el Espíritu, don gratuito del amor de Dios, es capaz de reconducir a la persona a aceptar alegre y libremente el esfuerzo de dicho aprendizaje.

Siguiendo 1 Cor 3, 22-23 (somos de Cristo), observamos cómo el ser humano vive en este mundo en tensión entre las seducciones de la vida y las amenazas de la muerte. Por eso, su libertad tiene problemas para expresarse, al estar condicionada por mensajes de miedo o de codicia, en lugar de verdad y de amor.

Pone en contraposición la elección de Sartre, que hace definitivo el egoísmo infantil, y la de san Agustín, que optó por el bien que le condujo a la libertad y guió sus decisiones.

Agustín fue un enamorado, como Francisco de Asís. Cuando el amor que viene de Dios se implanta en el corazón humano, “nacen pensamientos nuevos, deseos nuevos, un valor nuevo, una nueva capacidad de arriesgarse, una esperanza nueva” (p. 41).
 

La fe, no la ley

El término paulino “justificación” indica la transición de ser pecadores a justos ante Dios. Este paso no se da a través de la ley, sino de la fe, que acoge con gratitud el perdón y la reconciliación con Dios.

El Evangelio es el anuncio de que el hombre no tiene necesidad de justificarse a sí mismo. Aunque quizá nos hayamos acostumbrado a ello, conviene recordar con el autor que la vida de cada uno está justificada por sus actos y por el amor gratuito que Dios nos tiene. Las obras de la ley han sido sustituidas por el don de Dios, al que cada cual está llamado a responder con sus obras.

Monseñor Monari subraya la importancia de la acción del Espíritu en la vida cristiana, acompañada de la ascesis. El test que hay que pasar para alcanzar la madurez es el siguiente: desear más el bien que el éxito, organizar los pensamientos en torno a la Palabra y asimilar la fuerza del perdón.

Esta obra nos proporciona al final una selección de textos sobre la libertad de Epicteto, san Agustín, Sartre, Karl Rahner, santa Teresa de Jesús, Víctor Frankl, Rousseau, Thomas Merton y el papa Francisco, entre otros. Pueden ser útiles para clases de Religión, catequesis de jóvenes y para la formación de adultos.

En el nº 2.902 de Vida Nueva

Actualizado
11/07/2014 | 08:00
Compartir