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II Jornada sobre el libro religioso: “No podemos ser como francotiradores”


Los editores analizan en Madrid los retos y las estrategias del sector en una cultura secularizada

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Fernando de Pablo, fundador de DiBUJARiO, ilustró así la jornada a modo de conclusión del día (click para ampliar)

JOSÉ LUIS CELADA | Conocer cuáles son las oportunidades desde el punto de vista de la cultura religiosa, en una sociedad plural y secularizada como la actual, y ver “qué respuesta podemos ofrecer los editores”. Estos son algunos de los objetivos que persigue la Comisión de Editores del Libro Religioso (CELR) a juicio de su coordinadora, Mónica González Navarro.

En conversación con Vida Nueva, al término de la II Jornada sobre el libro religioso celebrada en Madrid, la también directora de Narcea Ediciones se reafirmó en la convicción expresada por la treintena de sellos que integran este organismo: “No podemos ser como francotiradores. Entre todos podemos soñar con otra realidad, que es el sentido de llevar la Buena Nueva del Evangelio, que es lo que nos une”.

Este mismo sentir –aunque con matices– fue el que compartieron el pasado día 13, en la madrileña Biblioteca Regional ‘Joaquín Leguina’, los más de 6o asistentes al encuentro organizado por la CELR para analizar los retos y estrategias del sector. Tras la presentación –a cargo de González Navarro y del director de PPC España, Pedro Miguel García Fraile–, el jesuita José María Rodríguez Olaizola, consejero delegado del Grupo de Comunicación Loyola, compartió con el auditorio su experiencia como escritor religioso y la necesidad de que este proyecte una “mirada creyente” sobre un mundo cada vez más secularizado, que asoció al individualismo, la reducción de lo religioso a lo eclesial, la homogeneización de lo espiritual y lo esotérico, y una “incultura religiosa radical” entre mucha gente.

Un contexto de “ignorancia, indiferencia e insignificancia (pérdida de significados)” ante lo religioso que impele al escritor a “ayudar a la gente a hacerse la pregunta por Dios”. Y aunque por el camino surjan tentaciones (amarillismo, autorreferencialidad, conformismo…), Rodríguez Olaizola recordó la importancia de que el escritor religioso piense para después contarlo. Todo con el propósito de “formar” al lector, pero especialmente de “provocar un movimiento” en él, de “suscitar preguntas”.

Muchas fueron también las que despertó entre los participantes el director general de la Fundación SM, Javier Palop, y su “mirada estratégica” sobre el libro religioso. Frente a la visión “negativa” que a menudo se ofrece (se publica más que se lee, se escribe con criterios de autor y de producto…), invitó a arrojar un “mirada apreciativa” a los nuevos contextos y los “conceptos al alza” que propician: inclusión, diversidad, diálogo, interacción… Y, “en clave de transformación”, se preguntó por las cuatro claves del negocio: cómo, qué, quiénes y cuánto.

La jornada se cerró con un animado debate en el que un autor (el catalán Josep Otón), un editor (Juan Antonio Mayoral, de la BAC), un distribuidor (Jesús Fernández, de DISTRIFER), un librero (Enrique Ortigosa, de la malagueña Renacer), un lector (Fernando Rivas, profesor de Comillas) y un periodista (Jesús Bastante, de Religión Digital) intercambiaron puntos de vista sobre la librería de sus sueños, la vida de los libros, la “tutoría” del librero y la solidaridad entre el gremio o los nichos de mercado.

Unos y otros convinieron en que “se publica demasiado”, apostaron por intentar “salir de nuestro público cautivo” (Mayoral) y ofrecer libros “con gracia, estén escritos o no en lenguaje religioso” (Otón), aunque también lamentaron la “falta de colaboración y coordinación”, para no verse “como competidores, sino como compañeros” (Fernández). Una aspiración que tanto este encuentro como el celebrado en 2010 han tratado de hacer realidad.

En el nº 2.965 de Vida Nueva

Actualizado
20/11/2015 | 00:32
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