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Idea Cristiana del hombre


¿Hacia dónde se orienta la realización del hombre y de la sociedad? Se pregunta el padre Adolfo Galeano al comienzo de su nuevo libro: “Idea Cristiana del hombre y la ciberantropología”. ¿Qué proyecto antropológico y social es el que conviene?, insiste en medio del vocerío de propuestas antropológicas y sociales, múltiples, estridentes, irrealizables unas, leves otras, inspiradas algunas en la experiencia aprendida a lo largo de la historia.
Han aparecido, en efecto, el antimaterial agnóstico, el unidimensional hombre marxista, el egocéntrico de la modernidad, el infrahombre nazi, el consumista y despersonalizado de la cibercultura, según la enumeración de Galeano.
La Iglesia tiene su propia antropología y propone su propio proyecto de sociedad. En la Gaudium et Spes, el Vaticano II elaboró una respuesta a la pregunta: ¿Qué es el hombre? En esa constitución pastoral se sintieron los ecos de las voces de los teólogos neoescolásticos, la de los de la Nouvelle Theologie y las de la teología progresista europea; esfuerzos académicos para encontrarle respuesta a la provocadora pregunta. Todos tienen como punto de coincidencia que en Cristo se da la manifestación plena del hombre; en Él, hombre perfecto, los humanos  nos afianzamos cada vez más en nuestra propia dignidad de hombres.
El lúcido rastreo de las ideas que se han movido alrededor del hombre y de su misión, comprueba que la primera mitad del siglo XX fue uno de los períodos más cruciales de la teología católica, cuando se preparaba el Vaticano II con hombres como Henri de Lubac, que contribuyeron  al avance teológico, sobre las posiciones neo escolásticas. Para esta corriente teológica lo natural se ve separado de lo sobrenatural y, en consecuencia, la misión de la Iglesia se define en abstracto como salvación de las almas. A esas ideas de Lubac  opuso una antropología cristiana en que el hombre tiene una naturaleza incompleta y busca su plenitud en Dios. El concepto aristotélico de naturaleza, tan caro a la escolástica, resulta rebasado por la visión del hombre abierto a la trascendencia. El Tú de Dios, anota Galeano, es un constitutivo esencial del ser humano. Citando a de Lubac señala que la paradoja y nobleza de la existencia humana es que  ha sido creada con  un fin último que está más allá de esa misma naturaleza.
Y mientras para santo Tomás y los neo escolásticos lo sobrenatural  es el complemento o corona de lo natural, para san Agustín, reeditado por de Lubac y la Nouvelle Theologie,  la realidad humana es unitaria y centrada en lo sobrenatural: “tiene una estructura ontológica determinada que le impulsa a abrirse a una plenitud más allá de sí mismo”.
Esta visión del hombre constituye en el libro de Galeano el gran referente para examinar otros paradigmas antropológicos que permiten revelar, por comparación, la singularidad y los valores de la antropología cristiana.
El debate, religión y ciencia, uno de los temas preferidos por Benedicto XVI, da lugar en este libro a novedosas y clarificadoras precisiones. Por ejemplo, el mutuo enriquecimiento entre las dos disciplinas.
“La ciencia, escribe el autor, puede purificar a la religión de errores y supersticiones y la religión pude purificar a la ciencia de la  idolatría y de los falsos absolutos”.
Pero el aporte mayor de la ciencia a la teología, anota Galeano, es que nos está llevando a una nueva comprensión del hombre y de la obra de la creación, o sea una nueva manera de ver cómo Dios ha realizado su creación”.
Citando a Paul Davies, del Instituto de Astronomía de Cambridge, “la ciencia ofrece un camino más seguro hacia Dios que al religión”. Davies, que ha evolucionado desde el ateísmo hacia la aceptación de que las leyes físicas parecen ser el producto de un diseño ingenioso, de modo que el plan latente en la naturaleza revela las leyes de la física.
Citando a Charles Hartshorne, teólogo y filósofo Galeano afirma que “en Jesús nuestro conocimiento abstracto y metafísico de Dios, se hace concreto y empírico”.
Las citas se quedan cortas ante la riqueza de pensamiento de este libro que enriquecerá el conocimiento de sus lectores y contribuirán a hacer más madura  la fe en el hombre y en Cristo Jesús, su paradigma y realización más plena. VNC
VNC

Actualizado
04/06/2011 | 00:00
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