Antología de textos (Institut Borja de Bioética, 2012). La recensión es de José Ramón Amor Pan
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Francesc Abel i la bioètica, un llegat per a la vida. Francesc Abel y la bioética, un legado para la vida
Edición: Institut Borja de Bioética
Editorial: Institut Borja de Bioética, 2012
Ciudad: Barcelona
Páginas: 1.155
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JOSÉ RAMÓN AMOR PAN | El jesuita Francesc Abel no se dedicó a escribir libros. Prefirió gastar su tiempo y sus energías en practicar aquello en lo que tanto creía: el diálogo bioético como metodología de trabajo. En esto, como en tantos otros aspectos de su vida, fue muy socrático. Tanto es así que, en toda su carrera, solo publicó un libro, Bioética: orígenes, presente y futuro, en 2001, cuando ya contaba 68 años de edad (un texto de obligada referencia, sin duda).
Sí dejó plasmado su pensamiento en innumerables artículos, capítulos de libros, prólogos y entrevistas. Un material amplio y rico, disperso en publicaciones de muy distinta naturaleza y circulación, del que hasta ahora no existía ninguna recopilación que facilitase su acceso y conocimiento a un público más mayoritario y, por eso, no pocos de esos textos han pasado desapercibidos o han quedado más en el anonimato que si se hubiesen concretado en monografías.
Quienes ahora integran el Instituto Borja de Bioética no podían haber elegido mejor manera de homenajear a su insigne fundador que recoger en forma de libro una selección de esos textos. Un sueño bonito que se hace realidad. Una obra en la que ya se estaba trabajando cuando la muerte le sobrevino sorpresivamente al P. Abel el 31 de diciembre del pasado año y que le hubiera emocionado tener en sus manos.
Los distintos textos se presentan agrupados por temáticas, dando así origen a los 14 capítulos que conforman este voluminoso libro: “Bioética y fundamentación”, “Inicio de la vida”, “Genética”, “Familia, reproducción y sexualidad”, “Aborto, adolescencia y embarazo”, “Derechos del paciente”, “Comités de ética”, “Educación sanitaria y Docencia en Bioética”, “Recursos limitados y justicia social”, “Limitación terapéutica”, “Estado vegetativo persistente y muerte cerebral”, “Eutanasia y final de la vida”, “Cartas de identidad y Códigos deontológicos” y “Bioética en Cataluña y en España”.
Dentro de cada capítulo los materiales se presentan siguiendo un orden cronológico, para situar cada contenido en su contexto original y, así, juzgar apropiadamente su sentido y valor. Pero además, tal y como se dice en la presentación del libro, “esta lectura cronológica permitirá al lector captar por un lado la visión avanzada del Dr. Abel en muchos temas de bioética sobre los que todavía no se ha alcanzado un consenso, viéndose incluso hoy una radicalización de las posturas mayor que hace 20 años. Por otro lado, permite también visualizar la evolución de su pensamiento en algunas cuestiones, poniendo en práctica una de las características básicas de la bioética como es la capacidad de replantear posicionamientos cuando nuevos datos o elementos nos arrojan nueva luz a los temas o cuando el dinamismo social exige revisar de forma autocrítica la propia visión sobre un conflicto ético, huyendo del inmovilismo y de las posturas dogmáticas”.
Amplia proyección
Los textos se han mantenido en el idioma en el que fueron publicados (catalán, castellano, inglés, francés e italiano), como una muestra más de la potencia intelectual y de la amplia proyección del trabajo del P. Abel. Completan el libro una breve reseña biográfica y 32 páginas de fotografías, todo lo cual no hace sino engrandecer una obra ya de por sí valiosa y absolutamente indispensable para todos aquellos que tenemos interés por la Bioética.
Todas estas páginas rezuman sabiduría y armonía. No son el final de un camino, sino la proyección hacia el futuro de una realidad viva y dinámica. Cuando lean estas páginas, se encontrarán con un hombre que amaba profundamente la vida y que, por eso mismo, gastó la suya en tratar de hacer un mundo más cálido y acogedor. Y lo hizo con sencillez, con humildad, con elegancia, con insobornable honradez intelectual, con pasión y profundo rigor, con serenidad y buen humor, tal y como se puede apreciar a través de las páginas de esta obra.
A Dios sean dadas las gracias por habérnoslo regalado. Queda ahora seguir trabajando en fidelidad a la herencia recibida, toda una gran responsabilidad para quienes integran en la actualidad el Instituto Borja de Bioética.
Espiritualidad
Entre sus grandes intuiciones está la de unir Bioética y Espiritualidad. Decía en 1999 en su discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina de Cataluña: “Si el siglo que acabamos ha estado marcado, y de una manera especial en su segunda mitad, por la tecnología, de manera que será recordado como el siglo tecnológico, algunos creen que el próximo siglo será el siglo de la bioética o, más todavía, el siglo de la espiritualidad. Y ha de serlo, para evitar que el hombre se convierta en esclavo de la técnica, en lugar de ser el señor que la dirige hacia un mundo habitable y saludable, haciendo posible la pervivencia de la humanidad a lo largo de todo el Tercer Milenio”.
Y en el año 2003, en relación a los recursos sanitarios, comentaba algo que, por desgracia, nuestros políticos no quisieron escuchar: “La mejora de la gestión no es una opción, sino un imperativo ético. En términos económicos, una buena praxis médica ha de ser necesariamente coste-efectiva”.
Parafraseando al propio Francesc Abel en ese mismo discurso, gozo, gratitud, reto y esperanza son las palabras que me brotan del corazón en el momento de finalizar esta reseña. Para terminarla, bien podrían servir los versos del genial Antonio Machado: “No tu verdad: la verdad. / Y ven conmigo a buscarla. / La tuya guárdatela”.
En el nº 2.824 de Vida Nueva.