Libros

‘Ética de las finanzas’ y ‘El valor del dinero’


Dos libros sobre finanzas y fe de Carmen Ansotegui, Fernando Gómez-Bezares y Raúl González Fabre (DDB-UNIJES, 2014) y Ugo Biggeri (Sal Terrae, 2014). La recensión es de José Ignacio Calleja

'Ética de las finanzas' y 'El valor del dinero'

Título: Ética de las finanzas

Autor: Carmen Ansotegui, Fernando Gómez-Bezares y Raúl González Fabre

Editorial: DDB-UNIJES, 2014

Ciudad: Bilbao

Páginas: 368

 

Título: El valor del dinero. Banca, finanzas y ética más allá del mito del crecimiento

Autor: Ugo Biggeri

Editorial: Sal Terrae, 2014

Ciudad: Santander

Páginas: 160

JOSÉ IGNACIO CALLEJA | Presentamos dos libros sobre el mundo financiero, y a fe que es un acierto conocerlos a la vez. No son alternativos, pero tampoco puede decirse que sean hermanos gemelos. Por una parte, la prestigiosa colección de manuales ‘Ética de las profesiones’ (DDB), auspiciada por los profesores de ética de los Centros Universitarios de la Compañía de Jesús en España (UNIJES), suma un volumen sobre Ética de las finanzas. Y van catorce. Colección de manuales –según declara la presentación– que quiere servir de base para la enseñanza y el aprendizaje de la asignatura Ética profesional que los titulados universitarios de cada especialidad han de conocer para completar su formación académica en orden a la profesión específica elegida. La finalidad, pues, es contribuir a la formación ética de los futuros profesionales para que ponderen por qué y cómo situar su responsabilidad en un horizonte de servicio al bien común.

Este compromiso hace ya veinte años que se adquirió y hoy es el día en que todas sus carreras, adaptadas al espacio europeo de educación superior, cuentan con tal formación en su diseño curricular. Para lograr tan valioso objetivo, UNIJES recurre en cada manual a sus mejores profesores, y lo hace también aquí con gran rigor teórico y una advertencia: este libro no sería el mismo si no estuviera basado en un diálogo cierto con los profesionales del mundo financiero; solo después, o la vez, ha surgido la teorización que la razón práctica o ética postula sobre las finanzas.

Imposible resumir todos los temas que el libro desarrolla y que el lector no introducido en las finanzas –y aun este– ha de contemplar admirado por los actores, relaciones y opciones en juego. Un apartado al final de cada capítulo (“Para pensar y discutir”) invita al uso del texto de varios modos.

Y aunque la diversidad de materias presentadas en clave financiera puede apabullar al lector no iniciado, la obra está escrita con claridad. Quizá sea esto lo que más llama la atención, que el estilo –y son tres los autores– se mantenga siempre uniforme, claro y asequible. En cuanto al fondo, es ponderado y descriptivo, desentraña y advierte de la complejidad, pero no le falta sentido crítico hacia la realidad que trata y sus excesos: el mundo financiero y sus riesgos morales. Ese tono ponderado en el habla moral es comprensible en las facultades de económicas. Sin duda, los profesores de moral social cristiana seríamos más duros con el actual sistema de finanzas, sus reglas y objetivos. ¿Solo porque ignoramos más sobre el objeto de estudio moral? No lo creo. Pero nadie perderá el tiempo si lee con paciencia la información tan precisa que esta obra nos ofrece. Lo recomiendo a todos y, particularmente, a los que enseñamos moral económica cristiana y/o DSI.

Visita guiada y crítica

El otro libro lo escribe Ugo Biggeri, florentino y presidente en Italia de Banca Ética, experto y comprometido en el desarrollo de unas finanzas éticas stricto sensu; la obra es una visita guiada y crítica por el mundo de las finanzas (especulativas), confrontados con la pregunta de qué está en juego en las pequeñas y grandes opciones que tomamos respecto del dinero. Un ensayo de educación financiera –se dice en la presentación– para repensar la economía en términos más humanos y comprometidos con la justicia; con la justicia cotidiana de mi vida y con la justicia integral y sostenible de la tierra entera.

Un libro deliberadamente sencillo, un libro para todos (p. 189); un relato vital más que un ensayo, que conduce a una propuesta de acción económica para la sociedad civil más allá de los límites del presente. Y ya lo está haciendo –proclama– de muchos modos y con esta máxima: empeñarse en las finanzas éticas es hacer trabajar mi dinero, incluso de noche, por el mundo que sueño de día (p. 91).

En el inicio de ese compromiso aparecen algunas preguntas éticas fundamentales al interior del discurso económico, que los más reconocidos teóricos y gestores del presente turbocapitalismo, sin embargo, ignoran y hasta desprecian. Porque el valor que se le da al dinero –escribe– es el espejo de nuestra civilización…, [el dinero] se acomoda a las actitudes que desarrollamos, egoístas o solidarias, y facilita o dificulta lo mejor y lo peor, según esas actitudes que a su alrededor desarrollamos (pp. 147-148).

De fondo resuena en la obra una observación que la conduce: la crisis lo es de falta de opciones políticas alternativas, de problemas antropológicos y ecológicos que evitamos, de ruptura con el individualismo utilitarista en favor de una justicia incluyente; y, más modestamente, de una capacidad de cooperación, tan necesaria como cierta, que ha de sernos fructífera y felicitante como ninguna. Se puede lograr, concluye.

Un libro tan sencillo e inteligible como sensato, modesto y profundo; no alardea de posiciones extremas o quiméricas; postula “otra economía financiera”, pero con gran sentido de la realidad. Es otra forma de ver el sistema financiero, sin rehusar utilizarlo en lo que reclama el bien común sostenible.

Ambos textos son dos aproximaciones al mismo ámbito, distintas en su propósito académico, cercanas en su intención de humanizar la economía, y algo distantes en si hacerlo desde dentro del sistema o desde una intención política alternativa.

En el nº 2.944 de Vida Nueva

Actualizado
05/06/2015 | 03:20
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