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Esperanzas y Retos en Latinoamérica


El continente se ve colmado de desafíos cuando se lo mira desde Roma. Al enumerarlos, uno a uno, aparece la urgencia de afrontarlos en estado de esperanza porque son numerosos y, muchos de ellos, graves..

Hay que leer, pues, el libro de monseñor Octavio Ruiz, como un ejercicio de la esperanza. Es un sobrevuelo por este continente de 21 millones de kilómetros cuadrados, poblado por 580 millones de personas, en donde se habla, mayoritariamente el español, seguido del portugués y de 600 lenguas indígenas de las cuales 248 podrían desaparecer en los próximos años.
En este escenario físico y humano, erizado de desafíos, la Iglesia debe evangelizar. Frente a los conflictos, riesgos, debilidades, derrotas y errores que surgen, ¿cómo anunciar la buena noticia del Evangelio?
La pastoral debe partir de un conocimiento de la realidad, y es lo que hace el vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina en la primera parte del libro en la que van desfilando la situación política y económica, la cultural y social, y la situación religiosa.
El anuncio de la Iglesia choca contra algunas realidades adversas como el armamentismo, la corrupción política y económica y lo que llama el autor “politización de los sindicatos”, más el desconocimiento de la doctrina social de la Iglesia.
Al examinar la situación cultural y social, el informe de monseñor Ruiz se llena de oscuridades: relativismo, sincretismo, reduccionismo antropológico, individualismo y debilitamiento  de las instituciones sociales y religiosas, presiones ideológicas sobre los indígenas, replanteamiento de la leyenda negra sobre la evangelización, desigualdades en la educación, deterioro y dificultades para acceder a una educación de calidad y un 10% de la población que no ha superado el analfabetismo.
Es un memorial de problemas que la Iglesia debe tener en cuenta si quiere entender las dificultades con que tropieza la evangelización. Después de 500 años de evangelización, ¿cuál es el panorama religioso de América Latina? Según la visión de monseñor Ruiz, el indiferentismo religioso, el agnosticismo y el neo paganismo son tendencias que el evangelizador deberá tener en cuenta. Se agrega el debilitamiento de la vida ministerial: ordenaciones escasas, descenso del número de católicos, agresividad contra la Iglesia, pérdida de credibilidad y avance de las sectas que intensifican su proselitismo y sus campañas de descrédito, mientras el compromiso ecuménico de la Iglesia se percibe como fuente de confusión y de escándalo entre sus feligreses.
Ante esta problemática compleja, ¿cuál ha de ser la respuesta?
El libro concluye con un inventario de los elementos con que cuenta la Iglesia en el continente: su tradición religiosa y su fe en Dios, el gran amor de los fieles a la Virgen María, el vivo sentimiento familiar, muchas de esas familias convertidas en iglesias domésticas; el testimonio de sacerdotes, religiosas y religiosos, los institutos de vida consagrada, las nuevas formas de vida consagrada y misionera y la misma conciencia y práctica misionera de la Iglesia.
Agrega al ya rico inventario, las pequeñas comunidades eclesiales que impulsaron Medellín y Puebla.
Son, además, parte del haber de la Iglesia continental, su esfuerzo en su opción preferencial por los pobres, su interés en acompañar las comunidades indígenas y su solidaridad y compromiso social.
Como objetivos de su acción, recordar, resaltar y hacer valer el sustrato católico de la cultura latinoamericana, de donde surgió la rica y profunda piedad popular.
La Conferencia Episcopal en Aparecida invitó a retomar y revigorizar la dimensión misionera de la Iglesia y puso en estado de misión a esta parte del mundo porque “no puede resistir a los embates del tiempo una fe católica reducida a normas y prohibiciones, a prácticas fragmentadas de devoción y adhesiones selectivas y parciales de las verdades de la fe,  a participación ocasional en algunos sacramentos y a moralismos blandos y crispados”.
La Iglesia ha de superar “una pastoral de conservación para implantar una pastoral misionera”.
Son 76 páginas densas de información que tocan la realidad concreta de América Latina e invitan, con propuestas reales, a su transformación en continente de la esperanza. VNC
J. D. Restrepo

Actualizado
09/04/2011 | 00:00
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