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El olvido de sí


Una obra de Pablo d’Ors (Pre-Textos, 2012). La recensión es de Luis Fernando Crespo

El olvido de sí, libro de Pablo d'Ors, Pre-Textos

Título: El olvido de sí

Autor: Pablo d’Ors

Editorial: Pre-Textos, 2013

Ciudad: Valencia

Páginas: 396

LUIS FERNANDO CRESPO | “Ahora sé que escribo para contar al mundo que he sido amado con un Amor incomprensible y sobrehumano. Escribo porque me sé amado, ninguna otra razón justifica mi escritura y, todavía más, ninguna otra razón –creo– debería impulsar eso que llamamos literatura”.

Pablo d’Ors pone en la pluma del beato Charles de Foucauld esta afirmación. Como en otras ocasiones a lo largo de esta excelente obra, nos preguntamos qué hay del autor que escribe esta biografía en el personaje que nos narra su vida.

“Una de las grandes contradicciones de mi vida ha sido la necesidad de evangelizar y, al mismo tiempo, en el mismo movimiento, la de callar y limitarme a la contemplación. He acuñado por eso la fórmula ‘gritar en silencio’: creo que eso define bien mi modo de evangelizar”. ¿Qué mueve a este escritor, que es también sacerdote, capellán de un gran hospital público en Madrid, a escribir esta narración?

Charles de Foucauld, hermanito de Jesús, es Evangelio puro. Asistimos a una trayectoria vital marcada por su experiencia de Dios. El que fue “vizconde, cadete, explorador, geógrafo, converso, monje trapense, criado de un monasterio de clarisas en Nazaret, misionero, profeta, lexicógrafo, amigo, padre, hermano”… y es beato, muestra, en esta hagiografía tan inusual, la riqueza de su vida espiritual. Vida espiritual entendida como “la confección y puesta en marcha de una disciplina, la verificación de su imposibilidad, la necesidad de construir otra, su nuevo derrumbamiento y, en fin, una nueva construcción, nunca definitiva. No hay camino a Dios sin esfuerzo humano, aunque ese esfuerzo, ciertamente, no sea el camino para llegar a Dios. Dios nos pide esfuerzo para que veamos su inutilidad y nos abramos a la gracia”.

Seguimos la apasionante vida del hermano universal y nos vamos adentrando en el universo de su espiritualidad y su mística: su vocación a vivir la vida oculta de Jesús, su relación con los pobres, la comunión, la adoración, la soledad, el silencio, la enfermedad, la hospitalidad, la oración, el ayuno y la limosna, el perdón, la humillación, la humildad, el fracaso, el vacío, la espera de Dios en la noche, en el vacío, en la nada, en el no entender. El camino de la purificación para llegar de la confusión, que precede a la conversión y al deseo de imitar a Jesús, a la compasión e iluminación. Nos encontramos con un místico itinerante, que sigue transitando, con fuerza renovada, por los caminos del siglo XXI.

Hay una corriente de espiritualidad que busca la revelación de Dios en todas sus criaturas, la salvación en lo cotidiano, que es donde se revela el Misterio. Para ello, hace falta vivir con atención, con un corazón agradecido, que se transforma en fuente de bendición, unido a luz de la Eucaristía, en una celebración universal sobre el mundo. Es ahí a donde se encamina nuestro protagonista, antes de morir asesinado en la soledad del desierto.

Pablo d’Ors es un gran escritor, ajeno a modas literarias, único en el panorama de la narrativa actual en castellano. En esta ¿hagiografía? encuentro ecos de sus últimos trabajos –publicados ambos en 2012–, Sendino se muere y Biografía del silencio. También de su última novela, El amigo del desierto (2009).

La lectura de esta vida puede ayudarnos, a los creyentes, a innovar y buscar la manera de ser evangelizadores en una Iglesia que quiere ser pobre y para los pobres: “Solo cuando empecé a recibir de los pobres empecé a ser pobre como Dios manda”.

El olvido de sí es una ¿novela? altamente recomendable para todos aquellos que quieran conocer cómo actúa Dios en la vida de una persona. Esperemos sea también una vía de acercamiento al Misterio de tantos potenciales lectores de la editorial “no religiosa” que la publica, que ofrece en su catálogo un sabroso muestrario de la mejor narrativa contemporánea.

En el nº 2.849 de Vida Nueva.

 

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Actualizado
23/05/2013 | 09:32
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