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Educar en la búsqueda de sentido


Esta obra de Oriol Ràfols (CCS, 2009) es recensionada por Herminio Otero.

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Educar en la búsqueda de sentido. Una propuesta en forma de itinerario

Autor: Oriol Ràfols y Equipo

Editorial: CCS

Ciudad: Madrid

Páginas: 140


(Herminio Otero) De vez en cuando aparecen propuestas educativas o pastorales interesantes. La apuesta por un itinerario para educar en la búsqueda del sentido es una de ellas, pues aborda de una forma práctica y sencilla, a la vez que muy sugerente y profunda, una cuestión esencial tanto para la educación como para la pastoral: ayudar a vivir con sentido haciendo emerger del interior de cada persona lo mejor que tiene para llevar a una experiencia vital llena de novedades y descubrir que merece la pena vivir y luchar para ser felices. Y eso se hace teniendo en cuenta tanto a quienes sitúan su techo de aspiraciones en la felicidad solitaria (hedonistas con intereses particulares) o en la felicidad gregaria (autoafirmación personal, habilidad consumista, despreocupación de proyectos guiados por criterios de justicia y solidaridad), como a los que lo sitúan en una felicidad solidaria dentro del horizonte de la cooperación y la solidaridad.

Detrás de la propuesta hay un numeroso equipo de educadores, que durante siete años han compartido reflexiones y experiencias hasta concretar un itinerario para llevar a cabo desde cualquier realidad educativa, sea cual sea la opción política, ideológica y religiosa de la persona o de su familia, y ayudar a educar desde la profundidad (la interioridad, la espiritualidad) y cara al compromiso social (la felicidad personal en conexión con la vida de los otros).

Además del libro, se ofrecen en un CD experiencias contrastadas y aplicadas, fruto de la práctica de una treintena de educadores, profesores y catequistas, que pueden ser empleadas en la escuela, en el tiempo libre, en la educación social o en la comunidad cristiana.

Los momentos del proceso comienzan por la propuesta de experiencias, de modo que el niño y el joven se planteen el sentido de la vida y vayan dando respuesta a la pregunta religiosa y, así, puedan expresarse, preguntarse, responder y elegir momentos vitales desde los que la persona interpreta la realidad y puede descubrir las huellas de Dios en lo cotidiano.

Desde ahí se establece el itinerario en el que se desarrollan las capacidades que desembocarán en la posibilidad de llevar a la práctica cotidiana la propia opción de vida. Para ello se ofrecen diversas experiencias bisagra que conectan con las necesidades básicas (ser acogido, hacer fiesta, ponerse al servicio…) y que apuntan los pasos del posible recorrido hacia la búsqueda de sentido.
La propuesta es admirable, y sólo espera educadores comprometidos con el proyecto que lo pongan en práctica de manera continuada.

En el nº 2.696 de Vida Nueva.

Actualizado
19/02/2010 | 08:32
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