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Debilidad aprendida y fuerza para luchar


Un libro de Javier Burón Orejas (Sal Terrae, 2011). La recensión es de Juan Francisco Sampedro.

Debilidad aprendida y fuerza para luchar, Javier Burón, Sal Terrae

Debilidad aprendida y fuerza para luchar. Nuevos horizontes de la psicología

Autor: Javier Burón Orejas

Editorial: Sal Terrae, 2011

Ciudad: Santander

Páginas: 256

JUAN FRANCISCO SAMPEDRO | Este libro se sitúa en el contexto de la investigación psicológica de las últimas décadas, que ofrece orientaciones para evitar el sufrimiento y aprender positivamente de las experiencias dolorosas.

Ante el sufrimiento, vemos personas que se derrumban con facilidad; frente a la debilidad aprendida y adquirida por ignorancia, comodidad o miedo, esta obra propone una debilidad aceptada, que no tema manifestarse ni ser conocida, pues puede ser fuente de fortaleza; así como una fuerza para luchar, no como voluntad de poder, sino como potencia para aguantar las adversidades, luchar contra los obstáculos que impiden el desarrollo, extraer fortaleza de la debilidad y superar los miedos que impiden la esperanza.

Pero, ¿cómo afrontar así el sufrimiento? Javier Burón esboza unas pistas fundamentales: es posible afrontarlo cuando tiene un sentido o significado; expresado en la máxima de Nietzsche: “Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”. Y todo con la esperanza como soporte básico desde el que emprender la vida.

Es posible afrontar el sufrimiento si nos vacunamos ante él con experiencias que fortalecen y preparan; es clave el concepto de resiliencia (capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido), porque, “lo importante no es lo que hicieron de nosotros, sino lo que nosotros hacemos con lo que nos hicieron”.

A lo largo de estas páginas, surgen implicaciones pedagógicas: ¿es bueno evitar al niño todo sufrimiento encerrándolo en una irreal burbuja indolora? La experiencia dice que este aislamiento da como resultado seres indefensos e inmaduros que se rinden a las primeras de cambio; por tanto, también ellos deberían ser vacunados con experiencias que les fortalezcan ante las adversidades.

Por último, el autor dedica una reflexión a la psicología de la muerte, pues la actitud ante ella determina cómo se vive la vida; manifestaciones como el fanatismo, el conservadurismo, el nacionalismo, el folclore…, son formas de superar el miedo a la muerte de aquellos que más temen morir. La experiencia sanadora del duelo, si se aborda correctamente, puede madurar y hacer crecer al que lo sufre.

Toda la obra está marcada por la psicología cognitiva, que afirma que no son los acontecimientos los que nos hacen sufrir, sino su interpretación; por tanto, si modificamos la interpretación de los hechos, modificaremos también las emociones negativas que nos provocan.

En el nº 2.797 de Vida Nueva.

Actualizado
20/04/2012 | 09:44
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