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De Pascua a Pentecostés


Es sabido que gran parte del mundo cristiano ha perdido el sentido e interés por el misterio de la Pascua porque no encuentra una motivación “extra”. En el tiempo de la Iglesia primitiva, los cristianos celebraban por 50 días la Resurrección. Además, se asociaba el florecimiento de la naturaleza con la resurrección del Señor. Es decir, la resurrección de Jesucristo renovaba también la creación. Fue así cómo los judíos sustituyeron, con la celebración de la Pascua, la fiesta cananea de la primavera y le adosaron otra interpretación: le encontraron un verdadero significado a través del misterio pascual.

En Celebrar la Pascua día a día, Anselm Grün nos incentiva, durante los 50 días, desde Pascua hasta Pentecostés, a rescatar la importancia que este tiempo litúrgico posee para los creyentes y la necesidad de vivir, con alegría, la Pascua de resurrección del Señor, profundizando en su misterio, su simbolismo y sus figuras. Ella nos permite entrar en contacto con la felicidad que hay en nuestro corazón y que, muchas veces, está recubierta por experiencias de dolor. Para el autor, recorrer el camino de la Resurrección significa liberarnos de todo cuanto nos oprime, ata, subyuga y no nos permite ser personas libres. Este “recorrido” nos ha de servir para experimentar la grandeza y la libertad de la vida, despertar del sueño de nuestras ilusiones y abrirnos a la verdadera vida.

En un sentido terapéutico, el texto nos ayuda a dejar atrás las heridas para practicar la vida que Dios nos regala a través de su hijo. Dice Grün: “la meditación sobre el camino de la Resurrección puede ayudar a volver a entrar en contacto con la vida que supera a la muerte…, que rompe en pedazos nuestro bloqueo interior y nos conduce hacia la grandeza y la libertad de la Resurrección”.

 

Recorrer un nuevo camino

Para este camino terapéutico, Grün ha escogido un evangelio de Pascua y una actitud o símbolo que lo interpreta de acuerdo a nuestra situación de vida. Esto lo desarrolla para cada semana. Cada día podemos analizar nuestra vida a la luz de la resurrección de Jesucristo y vivirla desde otra perspectiva. Así, los relatos de Pascua son tan terapéuticos como todas las historias de sanaciones que nos narran los Evangelios.

Los comentarios para cada día ayudan al lector a reflexionar acerca de sus propias heridas y, a su vez, sanarlas progresivamente. Al mismo tiempo, complementa los símbolos y nuestras actitudes con historias arquetípicas procedentes de los Hechos de los apóstoles. Para él, san Lucas es el evangelista que mejor narra los relatos de la resurrección que ilumina a los discípulos de Jesús en distintas situaciones. En este sentido, el apoyo de estos relatos pueden ayudarnos a recorrer un “nuevo camino” en la vida. Es decir, el camino “cristiano”, en que las personas puedan encontrar la sanación de sus heridas. El autor dice: “A menudo nos sentimos encarcelados en la prisión de nuestro miedo, de nuestra soledad, de nuestra depresión. A menudo también ciertas convicciones con las que guiamos nuestra vida construyen una prisión de la que no podemos salir. Estamos presos de nuestro perfeccionismo, de nuestra opresión, de la culpa que siempre buscamos en nosotros, de nuestro narcisismo, de nuestra obsesión neurótica buena imagen… No obstante, no podemos ni debemos acabar sencillamente con nuestros prejuicios. Hay que entrar en contacto con ellos. Cuando hayamos encontrado la fe en Cristo, estos ya no tendrán poder alguno sobre nosotros”.

De un modo reflexivo, sistemático y práctico, Grün nos introduce en el misterio de la Pascua, desde el descubrimiento que hacen las mujeres en el sepulcro abierto de Jesús hasta la ascensión del Señor. Son cincuenta pensamientos y propuestas de ejercicios que ayudarán al lector a modelar el día a día, para celebrar la venida del Espíritu Santo en la séptima y última semana.

Asimismo, nos propone la oportunidad de celebrar la vida y liberarnos de lo que nos impide crecer. Celebrar la Pascua día a día nos motiva a dejarnos llevar por el Espíritu, a vivir la dicha de la Pascua y comprender que el camino de Cristo nos permite alcanzar la plenitud. Gracias a la Resurrección, somos capaces de descubrir nueva vida en nuestro cuerpo y en nuestra alma.

FREDY PEÑA TOBAR


TAPA

CELEBRAR LA PASCUA DÍA A DÍA

Anselm Grün

San Pablo

Madrid, 2010

168 páginas

 

 


 

Adentrarse en uno mismo

 

Aldo Boserver nos convoca a observarnos con sigilo. Es el personaje de esta historia que invita a los lectores a llegar al centro de la interioridad de cada uno. Con nuestra imaginación, cada paso que él da, podemos darlo, disfrutar de los mismos olores, adentrarnos en las calles que recorre, escuchar los diálogos que protagoniza y, si nos arriesgamos y comprometemos nuestro ser, percibir el aroma de la aurora.

Con ¿Y si dejo la manada? no es necesario llegar donde Aldo Boserver llega, ni tampoco transitar idénticos caminos. Será de cada lector encontrarse consigo mismo y verse a los ojos, descubrirse, amarse, respetarse…

Si a algo nos empujan este libro es a otear la presencia silenciosa y activa del Espíritu. La condición es el silencio, es decir, el oído atento, la mirada profunda, el yo desapegado. El silencio es el camino, tanto o más que la palabra, te dejamos la propuesta para que tu corazón la deguste en cada relato, en cada eco que tu corazón habite.

FRANCISCO MOYANO LARRAZÁBAL

 

¿Y SI DEJO LA MANADA?

Aldo Boserver, oteando una intimidad

Inés Casalá

Sendero Ediciones

Buenos Aires, 2015

160 pág.

Disponible en www.parmenia.com.ar

 

Actualizado
17/04/2016 | 00:00
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