Libros

Cuatro libros para gustar la Alegría en Navidad


José María Avendaño nos propone cuatro lecturas muy adecuadas para las fechas que celebramos: La espesura del amor, Dios, de Rafael Prieto Ramiro (Cáritas); La bendición de la Navidad, de Joseph Ratzinger (Herder); Vivir Nazaret, de José Luis Vázquez Borau (San Pablo); y Celebrar la venida del Señor (CPL).

 

 

 

 

 

 

 

(José María Avendaño Perea) En unos días celebraremos la Encarnación del Hijo de Dios como salvación de todo lo humano mediante el admirable intercambio que nos ha redimido: “Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros… Y a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios” (Jn 1, 14.12). Al celebrar la Navidad con gozo y esperanza, nos llenaremos de alegría y cantaremos: ¡Aleluya! ¡Verdaderamente, Cristo ha nacido, Dios se ha hecho hombre!

Para ello, quizás puedan ayudarte algunas de estas lecturas que te propongo.

* Como ya es habitual en todas las parroquias y equipos de Cáritas, Rafael Prieto Ramiro nos regala un nuevo y sólido libro, La espesura del amor, Dios. Adviento y Navidad 2008-2009 (Cáritas), con el fin de articular el amor a Dios y al prójimo desde el ejercicio de una verdadera vida teologal: fe, esperanza y caridad.

Se adentra el autor en la espesura del amor, consciente de que Dios es profundidad, y de que todo en la vida, vivido hondamente, puede llevar a Dios. Para ello, recoge la invitación de Benedicto XVI a los jóvenes, válida también para los mayores: una vida con base sólida, superar la superficialidad y ser constructores de una nueva realidad.

Toda la obra gira en torno a la espesura del amor, Dios, porque “en el amor que pesa, que hiere, que duele, que fuerza, alimenta y gratifica encontramos a Dios. En cada una de las manifestaciones encontramos un hálito divino, una pequeña encarnación de su Espíritu. Dios es Amor, y dondequiera que encontremos una brizna de verdadero amor, allí estará Dios”.

Son páginas surcadas de reflexiones, textos de otros autores y citas de los amigos fuertes de Dios, los Santos, en las que encontrar ideas y propuestas muy sugerentes para las misas dominicales o las celebraciones de la Penitencia. Resulta grata y ágil su lectura, pero, sobre todo, es un material que ayuda a poner los pies en la tierra amando y sirviendo a nuestros hermanos, sirviendo a la Caridad. “En cada Navidad -puede leerse- llama a nuestra puerta mendigando acogida y amor… Abre tu puerta al niño. Hazte cuna para él. No viene a quitarte nada, viene a enriquecerte y ensancharte. Besa y abraza a tu Dios”

* Navidad es la fiesta más humana de la fe, pues nos hace sentir de la manera más profunda la humanidad de Dios. En ningún otro lugar como en el pesebre es posible percibir lo que significa que Dios ha querido ser Emmanuel, “Dios con nosotros”, un Dios con el que nos tratamos de tú porque nos sale al encuentro como niño. La Navidad así es una fiesta que nos invita a la meditación y a la contemplación. De esta forma tan sugerente y clara inicia Benedicto XVI sus meditaciones en La bendición de la Navidad (Herder), un libro de tan sólo 125 páginas y unas bellísimas ilustraciones, pero lleno de vida en Dios y de amor apasionado por esta tierra y sus criaturas. Recorre diferentes momentos: el Adviento desde una conversación con enfermos, la genealogía de Jesús, el árbol de la vida, el buey y el asno en el pesebre, la nueva estrella; “La luz brilla en las tinieblas”, “Y la Palabra se hizo carne”, y un apéndice final.

Al abordar las celebraciones navideñas, el Papa desciende a algo tan urgente hoy como la paz, porque justamente en la Navidad “se restauró la gloria de Dios entre los hombres”. Y al referirse a los regalos que le agradan a Dios, escribe: “Dios no quiere que le demos porcentajes, sino nuestro corazón, nuestro ser. Él quiere nuestra fe y, a partir de la fe, la vida; después de la vida, aquellos dones de los que se hablará en el juicio final: alimento y vestidos para los pobres, compasión y amor compartido, la palabra de consuelo y la compañía para los perseguidos, los encarcelados, los abandonados y los perdidos… no olvidemos a los muchos en quienes el Señor sufre sobre la tierra”.

Dios ha venido a nosotros y se nos ha unido de forma tan indisoluble que ese hombre es Dios de Dios, Luz de Luz, y sigue siendo verdadero hombre.

Un bello libro, sin duda.

* En Navidad tenemos un tiempo oportuno para acercarnos a Nazaret y experimentar, desde el corazón, lo que allí aconteció y que es salvación para cada uno de nosotros.

La espiritualidad evangélica de Carlos de Foucauld se puede resumir en Vivir Nazaret. Un mes con Carlos de Foucauld (San Pablo). En esta hermosa obra, José Luis Vázquez Borau deja hablar al “Hermano Universal”, extrayendo sus palabras de sus propios escritos, para que, unidas a la meditación y a la oración, nos puedan ayudar a vivir nuestro propio Nazaret, “ya sea en medio de las actividades corrientes de la vida, en un día de desierto y oración, en una semana de retiro”. Nos dice el autor que, para el beato, Nazaret se presenta como una familia -la constituida por José, María y Jesús- que se ama de manera intensa.

El libro, muy bien escrito, va presentando las cuatro semanas de un mes deteniéndose cada día en una consideración evangélica, la oración de la mañana, del mediodía, de la tarde, la adoración y la oración de la noche.

Navidad es un tiempo que Dios nos regala por si queremos pasar por Nazaret y detenernos para salir renovados desde el amor de Dios manifestado en la humildad y la sencillez. Nazaret es un faro místico, un reto para la Iglesia.

* El Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona preparó hace unos años unos pedagógicos materiales para que las celebraciones ganasen en hondura y belleza, pues no olvidemos que en la liturgia resplandece el Misterio pascual por el que Cristo mismo nos atrae hacia sí y nos llama a la comunión. La belleza de la liturgia es expresión eminente de la gloria de Dios.

El dossier Celebrar la venida del Señor (CPL) pretende ayudar a vivir lo que expresan las semanas y fiestas de Adviento, Navidad y Epifanía, “llenas de una entrañable vivencia cristiana, y quizá, aunque vivamos en una sociedad secular, las más populares y con mayores resonancias personales”.

Su contenido no se pierde en divagaciones, va a lo esencial, reflexionando sobre cada tiempo desde sus raíces, himnos, celebraciones, moniciones a la Liturgia de las Horas, evangelios feriales, preces, bendiciones de la mesa. Un material sencillo, barato y lleno de hondura litúrgica y pastoral. ¡Feliz Navidad!

En el nº 2.641 de Vida Nueva.

Actualizado
19/12/2008 | 11:02
Compartir