Libros

Crítica y hondura teológica


EL LIBRO DE ISAÍAS (1-39)

Joseph Blenkinsopp

Ediciones Sígueme

Salamanca, 2015 · 576 pp.

El libro de Isaías ha sido estudiado desde las más diversas perspectivas, especialmente en las últimas décadas. Por eso, escribir un comentario al libro constituye una tarea compleja y atrevida. Joseph Blenkinsopp, profesor emérito de la Universidad de Notre Dame (EE.UU.), se embarcó en esta ardua tarea, publicando tres volúmenes sucesivos en la prestigiosa colección Anchor Bible (2000-2003), siguiendo la clásica división tripartita (vol I: cc. 1-39; vol II: cc. 40-55; y vol III: cc. 56-66). Ediciones Sígueme, en su interés por ofrecer comentarios bíblicos de calidad y de referencia, ha editado la traducción española del primer volumen (Is 1-39).

El comentario sigue la línea de la citada colección, dirigida a lectores formados pero no especializados, evitando que “los árboles textuales, lingüísticos y exegéticos puedan impedir ver el bosque” (p. 7). El lenguaje asequible y la reducción de las notas al mínimo facilitan la fluidez en la lectura (aunque la traducción presenta frases defectuosas y erratas). Con todo, se requiere una iniciación histórica y bíblica para la mayor comprensión.

El libro comienza con una traducción española de Isaías 1-39. El autor dispone el texto por perícopas y epígrafes, con algunos cambios de orden ofreciendo una lectura más lógica (!) de algunas unidades textuales (10, 1-4 delante de 5, 8-24; 9, 7-20 delante de 5, 25; 25, 6-10 delante de 25, 1-5). Se podría objetar, por qué unir 10, 1-4 con los ayes de 5, 8-24 y separarlo del ay de 10, 5, y por qué delante de 5, 8 y no detrás de 5, 24. O por qué no unir entonces el estribillo común de 10, 4 a 5, 25; 9, 11.16.20. O por qué 9, 7-20 delante de 5, 25 y no detrás. Como el propio autor dice, “la tarea del intérprete consiste en explicar lo que encuentra, no en mejorarlo” (p. 463).

Una amplia Introducción al libro de Isaías (pp. 81-124) trata los temas del canon profético, del texto isaiano en sus distintas versiones, de sus rasgos literarios y estructurales, de su formación, de su interpretación en el judaísmo y cristianismo primitivo, de su contexto histórico y de sus rasgos teológicos. Se presenta como general a todo el libro de Isaías, pero se centra en Is 1-39 (vendría bien haberlo indicado, especialmente en la teología). Le sigue una extensa bibliografía (pp. 125-156) sobre el libro de Isaías y cada uno de los bloques del primer Isaías, aunando autores clásicos y modernos.

El resto de la obra se dedica al comentario siguiendo las unidades mayores (cc. 1-12; 13-27; 28-35; 36-39), a las que precede una introducción que expone su contenido literario y teológico. Cada pasaje se acompaña de una reseña bibliográfica específica, la traducción, las notas de crítica textual y un comentario pormenorizado, aunque no siempre versículo a versículo ni descendiendo a particulares. Al final del libro se incluyen tres valiosos y útiles índices de temas, referencias bíblicas y términos hebreos.

Proceso editorial

La primera dificultad al escribir un comentario del profeta Isaías está en la perspectiva desde donde afrontarlo. “El libro de Isaías es un buen ejemplo de la necesidad de combinar la lectura diacrónica y sincrónica de los textos” (p. 159). El autor se esfuerza en buscar los posibles contextos históricos de cada pasaje. Insiste en que no se pueden conocer bien los hechos históricos que están detrás y que Isaías/redactores los han dejado “codificados” para que puedan valer para otros períodos de represión. A cada paso recuerda que el libro es el resultado de un proceso editorial de la tradición isaiana nacida del profeta del s. VIII a.C., que crece y se va desarrollando hasta bien entrado el período del Segundo Templo. No se trata de una mera yuxtaposición de textos de tradiciones isaianas y épocas distintas, sino de nueva profecía a partir de una antigua. Esto denota “el cuidado con que se leían las profecías antiguas, así como la necesidad que se sentía de asumirlas, justificarlas y dotarlas de sentido a la luz de situaciones y acontecimientos contemporáneos (p. 315)… El primer capítulo de la interpretación de Isaías ha de extraerse del libro en sí” (p. 463).

El comentario nace en un momento en el que aparece una nueva línea interpretativa centrada en el valor del texto final, de la unidad del libro y los elementos de cohesión interna. El autor agudamente saca a la luz esta interconexión de motivos y temas, y su importancia para establecer estructuras. Subraya así la unidad en la edición final de las grandes secciones (incluidas 13-27 y 28-35). Pero remarca profusamente la dificultad para identificar una estructura del texto y de las secciones, debido al continuo proceso de reestructuración y edición en el tiempo. Hay que evitar “la tentación de imponer al libro un orden mayor del que es razonable esperar que presente” (p. 463).

El comentario constituye un valioso aporte a la reflexión sobre el libro de Isaías con sugerentes perspectivas que se han seguido y han dado frutos. El autor, de una competencia más que probada y reconocida, ha logrado aunar la dimensión crítica con la profundidad y hondura teológica. Como es normal en un estudio así, y él reconoce, muchos puntos son discutidos y suscitan diálogo. Pero esto forma parte de la ciencia bíblica, como camino irrenunciable para avanzar. Un libro de provecho, pues, tanto para el lector especializado como para el que quiera conocer y profundizar en la obra isaiana.

Advertir que, aunque ofrece apuntes actuales y guiños a la piedad cristiana –ej. buey y mula del pesebre (1, 4); dones del espíritu (11,1)–, el lector que busque un desarrollo de la perspectiva cristológica se le quedará muy corto (especialmente, en pasajes de mayor relectura cristiana: 7, 1-17; 9, 1-6; 11, 1-10).

Nos queda felicitar a Sígueme por esta edición española, con el augurio de que le sigan en breve los dos volúmenes sucesivos que completan la obra.

Miguel Ángel Garzón Moreno

Actualizado
29/11/2015 | 00:00
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