Esta novela de Luis Mateo Díez (Alfaguara, 2010) es recensionada por Juan Carlos Rodríguez.
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Azul serenidad o la muerte de los seres queridos
Autor: Luis Mateo Díez
Editorial: Alfaguara
Ciudad: Madrid
Páginas: 136
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(Juan Carlos Rodríguez) La trayectoria de Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) se ha ido con los años matizando, perdiendo inocencia y cobrando un tono que, más que sombrío, es sereno, profundo y existencialista. Es un episodio propio en un novelista de largo recorrido. Llegando a cierta edad –el umbral de los 70 años–, sabe que, en cierto modo, no puede perder el tiempo: y todo lo que dice cobra ahora una trascendencia extrema. Ésa es la gran diferencia de sus obras enmarcadas en Celama y éstas de ahora –especialmente desde Camino de perdición (2008) y El animal piadoso (2009)–, en la que la voz narradora se ha transformado en sabiduría, en poso, en sacralidad, en consuelo.
Con Azul serenidad, el académico escribe un bellísimo libro sobre la muerte. Tocado por la desaparición de su sobrina y su cuñada, realiza un obra de curación y de investigación en torno al poder balsámico de las palabras. Entre la ficción y el ensayo, emprende, en fin, un hermoso ejercicio de emociones y reflexiones para hacer frente a la pérdida.
En el nº 2.725 de Vida Nueva.
