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10 palabras clave sobre pastoral con jóvenes


Un libro del Fórum de Pastoral con Jóvenes (Verbo Divino, 2008). La recensión es de Jesús Sastre García.

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10 palabras clave sobre pastoral con jóvenes. Fórum de Pastoral con Jóvenes 

Coordinador: Jose María Bautista

Editorial: Verbo Divino

Ciudad: Estella (Navarra)

Páginas: 408

 

(Jesús Sastre García) Con motivo del Fórum de Pastoral con Jóvenes (FPJ), celebrado en noviembre de 2008 en Madrid, y dentro de los trabajos preparatorios, se ha hecho este libro, presentado en una de las sesiones de dicho encuentro. Cada una de las 10 palabras ha sido elaborada por tres personas, en su mayoría autores representativos de la pastoral juvenil, y se distribuyen de la siguiente manera: 16 son laicos (dos de ellos de las comunidades Adsis), tres marianistas, tres salesianos, un capuchino, un dominico, un jesuita, un sacerdote diocesano y dos religiosas. Las palabras seleccionadas, según su orden de aparición, son: interioridad, futuro, comunidad, procesos, Jesús de Nazaret, identidad, solidaridad, corporalidad, red y acompañamiento. 

Todos estos términos son, sin duda, los más significativos y nucleares para un desarrollo adecuado del “itinerario evangelizador”, tal como lo describen el decreto Ad Gentes (AG, 13-15), el RICA (Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos), el Directorio General para la Catequesis (DGC), el proyecto marco de la CEE Jóvenes en la Iglesia, cristianos en el mundo en el tercer milenio (2007), y otros documentos del magisterio de la Iglesia. En mi opinión, faltan tres términos importantes: convocatoria, vocación y discernimiento. Aparecen en el tratamiento de otros términos, pero merecerían un apartado particular y extenso.

En la presentación del coordinador, José María Bautista, bajo el título Switchers: el salto a la fe, se dan las claves para la correcta lectura de estos términos. Parte de un símil sugerente: los que “dan el salto” y se pasan de un sistema informático a otro. A partir de ahí, analiza de forma ágil y sugerente las cinco actitudes para dar el “salto” de un estilo de pastoral a otro, y las cinco cuestiones en las que nos jugamos el futuro de nuestra pastoral. 

Dos rutas

Esta introducción expresa de forma clara la lógica interna que articulan los diez términos comentados. Para transitar por la pastoral juvenil se necesitan dos rutas de navegación: Jesús de Nazaret e interioridad. También un nuevo imaginario para que la fe interese a los jóvenes: la seducción y la estética; la reeducación de nuestra competencia estética vendrá por dos caminos: la corporalidad y el futuro. El término ‘comunidad’ habla de algo esencial en la Iglesia, del sueño de una Iglesia de fraternidades y la conexión en red de las comunidades dentro de la Iglesia local. En el actual contexto de pluralismo divergente, la identidad y la solidaridad ayudan a ser fermento, a mirar la realidad desde los necesitados y a tocar la fibra altruista y comprometida que anida en el corazón de muchos jóvenes.

Y para que la evangelización de los jóvenes sea profunda y tenga continuidad: procesos y acompañamiento personal. El “saber estar”, la cercanía, el diálogo sobre la vida, que se va conociendo, asumiendo y reformulando, es la garantía de que se personaliza la fe en clave de seguimiento a través de las etapas del itinerario evangelizador. “La pastoral, que se ha dedicado durante siglos a adquirir estructuras filosóficas y teológicas, debe aprender estructuras pedagógicas sistemáticas o globalizadas que abarcan todo el proceso completo, y sistematizadas o estructuradas, porque no se aprende a educar la inteligencia espiritual sin un proyecto en el que todos saben quiénes somos, a dónde vamos y con quién” (p. 18).

En general, el tratamiento de los términos está bien planteado, rico en aportaciones y práctico. Evidentemente, cada uno de ellos necesita, como quieren los autores, “talleres y cursos de formación en las distintas diócesis e instituciones” (p. 21). El estilo es positivo y propositivo; las diferentes reflexiones se han realizado desde una mirada esperanzada al futuro de la pastoral juvenil, vista como “tiempo de gracia” para conectar con y recuperar a la “generación Y”, una generación emocional que necesita una pastoral que emocione. ¿Estaremos a la altura? Si trabajamos con ilusión, idea y de forma  convergente seguro que acertaremos en lo fundamental y recuperaremos el tiempo perdido. Para que esto sea posible, los autores nos invitan a incorporar personas, materiales y experiencias al FPJ. 

En el nº 2.669 de Vida Nueva.

Actualizado
17/07/2009 | 15:08
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