EDITORIAL VIDA NUEVA | No tendría que ser noticia que una mujer presidiera la CONFER, pero lo es. Aunque sea una presidencia en funciones, como la que asume Mariña Ríos tras el nombramiento de Luis Ángel de las Heras como obispo de Mondoñedo-Ferrol.
En los más de 60 años de historia de esta entidad que aglutina a más de 400 congregaciones religiosas, el cargo siempre ha sido ocupado por varones, y no porque lo estipulen así sus estatutos, que dejan la puerta abierta a que también una religiosa pueda ejercer esa responsabilidad. También han pasado los tiempos en que pudiese haber recelos episcopales a una medida como esa, aun cuando son solo los superiores y superioras mayores quienes votan al candidato o candidata.
El problema, precisamente, ha sido la falta de candidatas, la mayoría de las veces por un exceso de trabajo en sus congregaciones, pero también porque temen dar un paso para el que no siempre se sienten suficientemente preparadas o porque temen toparse a la hora de animar a la Vida Consagrada con las estructuras clericales y machistas que aún perduran en nuestra Iglesia. Sin embargo, la Iglesia necesita de ese gesto para que también ellas la impregnen con su forma ser, vivir y creer.
En el nº 2.982 de Vida Nueva. Del 2 al 8 de abril de 2016
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