EDITORIAL VIDA NUEVA | Dicen las estadísticas que África es el continente donde más ha crecido el número de católicos en la última década. También el de sacerdotes (un 33% según el Anuario Pontificio 2010). Este hecho, unido a la avanzada edad de los misioneros occidentales que un día llegaron a aquellos países, plantea un desafío inaplazable: el relevo generacional del clero que trabaja allí actualmente.
Miembros de congregaciones misioneras provenientes de Europa o de los Estados Unidos y vocaciones nativas afrontan hoy un tránsito no exento de tensiones y situaciones incómodas, que pone a prueba su convivencia. Unos y otros saben que este paso necesario hacia una Iglesia adulta requiere sacrificios y capacidad de diálogo. Y aunque el contraste de culturas y la diversidad de contextos complica esta ardua tarea, bastaría con que todos tuvieran claro que la misión de la Iglesia sobrevive a personas y estilos.
En el nº 2.768 de Vida Nueva.
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