Editorial

Nuevo Plan Pastoral de la CEE: una reforma integral

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EDITORIAL VIDA NUEVA | La Conferencia Episcopal presenta la hoja de ruta para la Iglesia española de aquí a 2020. Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo es el lema de un plan pastoral que ya en su título se muestra renovador. Habla de esa Iglesia en salida. Habla de esa comunidad que no quiere poder ni autoridad más que la que da servir. Y habla en el plural de un pueblo con el que compartir y no al que dirigir.

Cocinado desde la colegialidad, con muchas más manos amasando que en los anteriores planes, la aproximación a la realidad social como punto de partida resulta certera. El salto cualitativo es una mirada esperanzadora, alegre y misericordiosa, que se percibe una vez más en su lenguaje. Expresiones como “no podemos ni queremos quedarnos al margen”, dirigirse al otro sin “ningún sentimiento de superioridad” y una referencia constante al impulso del Concilio Vaticano II expresan la vocación de un plan pastoral para que los de dentro se transformen y salgan al encuentro de los que están fuera.

En esta línea, llama la atención la sana autocrítica del documento. “¿No hemos colaborado con nuestras acciones u omisiones de algunos cristianos de la comunión eclesial?”, se preguntan los obispos al ponerse frente al espejo y no despacharse con una visión apocalíptica de un mundo al que culpar de los males. Se agradece esta introspección que invita a reflexionar sobre cómo algunos pastores en estos años han aislado, a modo de cordón sanitario, apartándose y apartando a todo aquel que no compartiera un mismo punto de vista: desde los feligreses a los seminaristas, pasando por los centros de estudio universitarios.

La Iglesia española quiere ponerse
manos a la obra para ser
“casa de todos, casa de acogida y de perdón,
hogar de paz y esperanza”.

Frente a ello, se asume con audacia la urgencia de una “conversión misionera” desde el Episcopado que lleve a un examen de conciencia e incluso a “pedir cuentas” a la manera de Francisco, ante las tentaciones de la desconfianza, el conformismo, los postulados excluyentes, la división interna, la falta de sencillez… Este desafío de purificación corresponde al primero de los cinco años del Plan Pastoral. Sin duda alguna, esta fase determinará el éxito de las siguientes etapas, centradas en la evangelización.

La Iglesia española ha decidido acometer una reforma integral que pasa por mantener sus pilares, pero acometer una profunda revisión de estructuras, métodos, recursos… Ya se sabe que cuando uno comienza una obra en casa no sabe cuándo termina. Pero, al menos, esta Iglesia quiere ponerse manos a la obra para ser, como pide el Plan, “casa de todos, casa de acogida y de perdón, hogar de paz y esperanza”. Ya solo queda, y no es poco, el respaldo en la práctica de los obispos en sus diócesis, de los sacerdotes en sus parroquias, de los religiosos en sus comunidades, de los laicos en sus hogares.

En el nº 2.969 de Vida Nueva. Del 19 al 25 de diciembre de 2015

 

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