EDITORIAL VIDA NUEVA | Consagración y secularidad, dos términos aparentemente excluyentes a ojos del mundo, constituyen, sin embargo, las señas de identidad de los Institutos seculares, un carisma y un estilo de vida alternativo al que encarnan los sacerdotes, los religiosos y religiosas o los laicos.
En las páginas del Pliego se da cuenta de su reconocimiento eclesial y de su compromiso apostólico, pero, sobre todo, de su particular modo de entender el Evangelio y, por lo tanto, el servicio a sus hermanos.
Seguir a Jesús desde dentro de la realidad, como fermento en la masa, es su eterna novedad. También un estímulo para los cristianos de a pie, necesitados siempre de testimonios actuales y reconocibles que alienten una misión que nos es común a todos.
En el nº 2.869 de Vida Nueva. Del 2 al 8 de noviembre de 2013.
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