Editorial

Hay que devolver la esperanza a los jóvenes

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Publicado en el nº 2.732 de Vida Nueva (del 4 al 10 de diciembre de 2010).

La Fundación SM ha hecho público el informe Jóvenes españoles 2010, un estudio que se enmarca dentro de las actividades que realiza en materia de investigación educativa y social y que tienen como objeto de análisis y reflexión a los menores y a los jóvenes. Muchas son las conclusiones del estudio, pero algunas más significativas que otras.

Los jóvenes, según el informe, consideran muy importante su familia, la salud y los amigos. Casi la mitad declara su falta de confianza en el futuro, independientemente de la crisis económica. Disminuye la conciencia ambiental y aumenta el porcentaje de jóvenes que considera que el equilibrio de la naturaleza resiste el impacto de los países desarrollados o en desarrollo. La participación social juvenil se hunde y una importante mayoría de los jóvenes suscribe que la política no tiene nada que ver con ellos.

La emancipación forma parte de sus proyectos, pero se trata de una emancipación tardía. Además, en la búsqueda de la felicidad siguen apareciendo los hijos dentro de los proyectos conyugales, aunque no se lo plantean a corto y medio plazo, a pesar de adelantar su edad de emancipación.

La religión sigue ocupando uno de los últimos lugares en una escala de valoración de las cosas más importantes para ellos, aunque hay que reseñar que sube tres puntos porcentuales con respecto a los datos de Jóvenes españoles 2005.

La lectura se da más entre las mujeres que entre los hombres y los juegos de ordenador y juegos electrónicos son una actividad más masculina. Desciende la proporción de jóvenes para los que beber alcohol y hacer botellón es importante cuando salen. El uso del teléfono móvil ha pasado de mayoritario a casi absoluto en la actualidad. Se ha duplicado el porcentaje de jóvenes que usa el ordenador a diario.

En esta ocasión, se ha hecho una investigación entre los jóvenes inmigrantes. El 77% de los jóvenes extranjeros considera que, como inmigrantes, deben adaptarse a la cultura de los españoles y no al revés, siendo preciso que los españoles respetemos todas sus costumbres, a menos que vayan contra la Constitución. Los principales problemas para los jóvenes inmigrantes son el paro, el racismo y la xenofobia, la violencia juvenil, la falta de futuro y la calidad en el empleo. El 81% de los jóvenes inmigrantes afirma creer en Dios. La importancia numérica de los jóvenes inmigrantes, muchos de ellos de segunda generación, es destacable.

Hasta aquí, los datos que nos acerca el estudio. Ahora cabe la reflexión. No sólo la social y política, sino también la reflexión eclesial. Precisamente, aparece este estudio serio y riguroso en un año en el que la Iglesia en España se prepara para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud.

Hay un dato que sobresale y que la Iglesia ha de aportar. Los jóvenes están perdiendo la esperanza. Las actuales circunstancias sociolaborales recortan el horizonte de esperanza de los jóvenes. A la Iglesia le corresponde ofrecer una esperanza activa y viva que los prepare para que ellos mismos construyan el futuro, cuando la política no les ofrece confianza. La Iglesia ha de articular ofertas de trabajo en común para que se sientan solidarios. Siempre ha sabido salir al frente para dar sentido a su trabajo, al ocio y a la vida misma. Hoy tiene en las redes sociales una ocasión que no debe desaprovechar. Tampoco dejar de sembrar en sus corazones los valores de la solidaridad. La atención a los pobres y, también, en el ámbito de la inmigración, puede ser una de las apuestas fuertes para devolverles el sentido de una vida de entrega y servicio que siempre les caracterizó.

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