EDITORIAL VIDA NUEVA | La Iglesia en España se apresta a acoger a casi una decena de obispos para cubrir las sedes que se encuentran vacantes tras la renuncia de sus titulares por razón de edad. Se trata de un momento muy importante, pues ayudará a una renovación eclesial en la línea que ha pedido el papa Francisco, con pastores cercanos a sus fieles, más pendientes de sus problemas y alegrías que de hacer carrera o utilizar su cargo para ser servido en lugar de para servir.
Son los pastores que pide Bergoglio, efectivamente, pero también unos tiempos políticos y sociales que ya apenas reconocen la histórica labor de la institución eclesial, sino que la consideran una rémora incompatible con la modernidad.
Estos obispos tienen, pues, la responsabilidad de estimular una Iglesia en salida y abierta a todos, pero también de resituar a la Iglesia en el lugar de los aprecios que le correspondería por su mensaje y servicio desinteresado.
En el nº 2.963 de Vida Nueva. Del 7 al 13 de noviembre de 2015
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