EDITORIAL VIDA NUEVA | La muerte de un senegalés en Salou tras precipitarse al vacío cuando la policía local acudía a su casa en plena redada contra la venta ambulante ha sacado del olvido cotidiano el drama que viven los inmigrantes que se ven abocados a sobrevivir como manteros. Ese es su pecado.
En la lucha por la subsistencia de un país que sigue sumergido en una crisis donde los grandes perjudicados son los que llegaron de fuera, ahora ven cómo su situación es aún más delicada con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que considera la venta ambulante un delito que ha llevado a criminalizar a este colectivo más allá de lo que marca la propia norma. Y mientras se persigue a estas personas, las mafias que explotan a algunas de ellas se hacen fuertes…
En el nº 2.953 de Vida Nueva. Del 29 de agosto al 4 de septiembre 2015
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