Editorial

El ‘mal menor’ contra el zika

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EDITORIAL VIDA NUEVA | Con la claridad que acostumbra, el Papa ha diluido retorcidas disquisiciones teólogicas para asegurar, ante la alarmante proliferación de casos de zika –a los que se considera responsables de malformaciones congénitas durante la gestación–, que “evitar el embarazo no es un mal absoluto”.

Abría así la posibilidad del “mal menor” con el uso de anticonceptivos con fines terapéuticos. Y para subrayar que era algo que no se sacaba él de la manga, recordaba que ya Pablo VI había autorizado a unas religiosas en África el uso de anovulatorios ante amenazas de violación de grupos armados. Incluso Benedicto XVI dejó abierta la puerta en casos de transmisión del sida en contextos de prostitución

Pero con igual claridad, Francisco advirtió que el aborto, como pretenden en Brasil con la excusa de la expansión del zika, “no es un mal menor. Es un crimen, es un mal absoluto”. E instó a atajar el problema también desde otros ángulos, como el de las vacunas contra el mosquito que propaga la enfermedad, petición en la línea de los obispos brasileños, que subrayan la importancia de políticas que saneen las zonas más deprimidas, donde se producen más contagios. Ahí se juega frenar al virus.

En el nº 2.978 de Vida Nueva. Del 27 de febrero al 4 de marzo de 2016

 

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