Editorial

El espíritu de Mambré

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Cuando el conflicto israelí-palestino se recrudece hay que recordar lo que comparten judíos, cristianos y musulmanes

Salterio.-Museo-Conde.-Chantilly,

VIDA NUEVA | No se puede reconocer y asumir al otro si antes no se le ha hecho pasar hasta la cocina y se le ha agasajado como huésped, ofreciéndole plato y lecho, pero, sobre todo, escucha.

En ella está la fuente del verdadero diálogo. Porque escuchar no solo enriquece a quien ejerce este sano hábito, sino que transforma la sociedad.

Cuando palestinos e israelíes vuelven a estar sumidos en una nueva escalada de violencia y muerte, sería bueno dirigir nuestra mirada a las tres grandes religiones monoteístas que conviven en aquella región para descubrir –como se recuerda en el Pliego– que el culto a la hospitalidad que judíos, cristianos y musulmanes comparten bajo la encina de Mambré es la mejor semilla para una coexistencia pacífica, fraterna y duradera.

En el nº 2.902 de Vida Nueva