Editorial

Sí hay futuro en la Vida Consagrada

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Publicado en el nº 2.693 de  Vida Nueva (del 30 de enero al 5 de febrero de 2010)

La Iglesia celebra el 2 de febrero la Jornada Mundial de la Vida Consagrada coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. Este año, en el contexto del Año Santo Compostelano, el lema elegido ha sido: Caminos de consagración. La Vida Consagrada no está en vía muerta. Hay caminos abiertos y horizontes despejados. Los religiosos y religiosas en España no sólo tienen una fecunda historia que agradecer al Señor. También tienen un apasionante camino aún por descubrir juntos. El reto es enorme e ilusionante. Es verdad que hoy, como sucede en otros ámbitos de la vida apostólica, mirar alrededor y ver la escasez de consagrados y la edad media de los mismos, puede llenar de zozobra, pero también es verdad que la esperanza anida en el corazón de la Iglesia en la que el Señor no deja de suscitar vocaciones a este tipo de entrega. Son pocos, pero con una  vocación recia, los que hoy comienzan la singladura de su consagración. Vida Nueva se ha acercado a ellos y ha abierto un espacio para sus ilusiones, dudas, trabajos, emociones y retos. El resultado lo hemos presentado en el Pliego que hoy ofrecemos a los lectores. Hay una obertura titubeante y un final extraordinariamente optimista. Para los jóvenes, hoy, la Vida Religiosa tiene un futuro inmenso y radiante. Sigue teniendo sentido.

El optimismo que hemos detectado no es enemigo de un realismo crítico que ya se ha empezado a dar en los diferentes institutos y congregaciones. A fuerza de ser sinceros, en la Vida Consagrada es necesario aún superar formas excesivamente apegadas a modelos obsoletos. Hace falta en algunos ámbitos una mayor comunión con toda la vida de la Iglesia, una prioridad en las tareas apostólicas, una definición de la propia esencia de la consagración y del carisma, un realismo en las obras apostólicas y un mayor compromiso con las nuevas formas de evangelización en la frontera. Como en toda la Iglesia, urge una conversión pastoral y una mayor audacia ante los nuevos retos. En muchos lugares se ha optado por la unión de demarcaciones territoriales para una mayor unidad de acción, por la unificación de centros de formación, por una mayor participación de los laicos en los proyectos congregacionales. Se ha optado, incluso, por nuevas fórmulas de vida intercongregacional en lugares concretos. Se adivinan fórmulas que están llenando conventos aún con suspicacias diversas, caminos, proyectos. No faltan recelos recíprocos entre Jerarquía y Vida Consagrada. La vida religiosa no está parada. Tiene futuro, aunque tenga sus lagunas. Éste es el mensaje y anhelo de los jóvenes que hoy han optado por este camino de consagración. En ellos se adivina el futuro.

El presidente de CONFER, Elías Royón, en su saludo con motivo de la Jornada, recuerda la “insustituible misión en la Iglesia y en el mundo” de los consagrados, a la vez que interpela “a renovar con nuevo vigor la misión que la haga visible en la sociedad a través de la fuerza de la presencia testimonial, y a ser hombres y mujeres apasionados por Jesucristo, provocando interrogantes sobre el porqué de este modo de vivir y actuar”.