Editorial

Eco

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Siete novelas y medio centenar de ensayos –sobre todo, de semiótica, de lingüística y de estética, sus tres grandes pasiones– son el legado que Umberto Eco (1932-2016) dejó. Un hombre apegado a la razón, que respetó la religión y tuvo sus idas y venidas con la fe. “Primero fui católico, luego ateo, ahora agnóstico”, llegó a afirmar. Eso sí, nunca perdió la curiosidad por lo sagrado como fenómeno intelectual y por el cristianismo como fuente de civilización.

Autor del fantástico libro El nombre de la rosa, el filósofo y catedrático de Semiótica de la Universidad de Bolonia reflexionó con el cardenal italiano Carlo Maria Martini sobre el diálogo entre la fe y la cultura, “un intercambio de reflexiones entre hombres libres”.