José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Ni el compromiso ni la libertad pueden ser ‘low cost’


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JUEVES 12. Almuerzo con un maestro. Repasamos la gira de primavera. No de Pablo Alborán, sino del prefecto que se ha marcado un spanish tour con su particular interpretación la Amoris laetitia. Se ha debido saltar en su lectura las notas al pie. Que alguien en la primera fila le avise de que también cuenta. Aunque quizá también los han pasado por alto. Su gira ya ha terminado. Pero no es el único que vendrá.

SÁBADO 14. Mi sobrina termina la noche algo disgustada. No se esperaba que España pasara por Eurovisión sin pena ni gloria. “No nos entienden ni en inglés”. Siempre quedará la Canción Misionera. Ahí nunca nos va mal. Consuelo.

DOMINGO 15. Reencuentro virtual. Con una televisión de por medio. La última vez que la vi era un adolescente. Bajo el nogal de Silos, relató su vida como misionera en Bolivia. Lagrimones. Por su autenticidad y espontaneidad. La misma que le muestra a Paloma, la participante en el reality Quiero ser monja. Así es Teresa, misionera con sus pantalones bien puestos. “Ojalá que otras jóvenes quieran conocer la vida religiosa, que no tengamos una imagen negativa... ¡Que somos gente estupenda! ¡Caramba!”. “Ni damos palos ni somos feas”, apostilla su hermana de comunidad. Carcajadas. Estereotipo roto. [La vocación, más que un ‘reality’]

LUNES 16. Fiestas de Getafe. Misa mayor. Ante la Virgen de los Ángeles. Es el llamado “paso a mayores” de algunos jóvenes. Identifico a Ana, Jaime y Rodrigo. Don José les aconseja: “La palabra compromiso no gusta porque parece que recorta nuestra libertad. Y no hay mayor enemigo de la libertad que el miedo, es el que nos impide hacer compromisos perdurables, nos hace egoístas”. Se lo dice a la generación de lo desechable, que no repara lo estropeado, que sustituye lo viejo por otra compra de outlet. Ni el compromiso ni la libertad pueden ser low cost. Cuestan lo que valen.

MARTES 17. Suenan las primeras notas de la canción pensada por Toño Casado para los españoles que viajarán a la JMJ de Cracovia. Arranca fusionando el gregoriano con el musicote que los chavales escuchan los sábados por la noche. Habrá a quien le horrorice. No es para amantes de la clásica. Ni busca serlo. Si los jóvenes escuchan Spotify, habrá que buscarles allí, con sus códigos. Porque, ¿acaso alguien se acuerda del himno de la JMJ de Madrid? Yo llevo intentando tararearlo un rato… Y nada. [Todo lo que tienes que saber sobre la JMJ de Cracovia]

jose.beltran@ppc-editorial.com

En el nº 2.989 de Vida Nueva