José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

El endurecimiento de corazón tiene espejo


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JUEVES 16. Jubilación activa. La de tantas religiosas que dejan las aulas para continuar sirviendo a los más pequeños en otras tareas. La de tantos laicos que se alistan en Cáritas. La de algunos obispos que dejan hacer a sus sucesores, sin saberse propietarios ni de los sacerdotes ni de los seminaristas ni de los feligreses. Solo algunos.

VIERNES 17. Jornada lúdica de trabajo en equipo. Yepes. Alguien dice en voz alta: “O lo haces o no lo haces. Pero intentarlo es el inicio del fracaso”. Me niego. Hay que tener algo de arrojo ante cualquier aventura. Claro que el miedo frena. Pero pensar que intentar es solo una excusa para escudar una posible bancarrota o ir a medio gas, me parece desafortunado. Sería como echar del sistema a aquel alumno que no tiene capacidades suficientes para cumplir con unos estándares mínimos. Hay quien lo hace. Pero me miro hacia dentro: en tantas cosas no llego ni a los mínimos más mínimos… Pero, al menos, lo intento.

LUNES 20.  Escucho Rezandovoy. Me pierdo incluso antes de la lectura del día. Más que perderme, me encuentro. En las indicaciones iniciales para entrar en oración. “Suaviza tu rostro”. Me detengo. Hago un par de muecas, pues dado el madrugón hay algún que otro músculo de la cara que todavía no ha reaccionado. El endurecimiento de corazón tiene espejo. En la dureza del gesto. En la rigidez del cuerpo. Armadura que frena al otro. Coraza que impide seguir adelante. Da igual que uno escuche luego a Mateo. O que pretenda dar un salto de oración. Si el rostro no ha abandonado su rigidez, apaga el MP3. Nada más tiene sentido. Ceño fruncido.

MARTES 21. España pierde contra Croacia. Hay quien me dirá: no salieron a ganar, solo lo intentaron. Punto en boca.

MIÉRCOLES 22. Alguien me cuenta que ha conocido a la nueva presidenta de CONFER. Le ha transmitido buenas vibraciones. No se equivoca. Y por tiempo. Porque Mariña Ríos está en disposición de dejar de ejercer su cargo en funciones, aquel que vino sin buscarlo ni esperarlo. Hasta ahora había un posible escollo para que fuera ratificada. Cumplía su tiempo como provincial de la Compañía de María y su congregación tenía que decidir si la revalidaba. Lo han hecho. Por tres años. Ahora solo le toca hacer lo propio a la Asamblea de CONFER. Sería así la primera presidenta por elección, no solo circunstancial.

jose.beltran@ppc-editorial.com

En el nº 2.994 de Vida Nueva