“Dios nos ha puesto delante un santo adolescente, pegado al ordenador, con zapatillas Nike, pantalones vaqueros, sudadera o brackets en los dientes. Un chico del que tenemos imágenes actuando en los festivales del colegio de las religiosas de santa Marcelina o que hizo lo que pudo en el bachillerato hasta que le sorprendió la leucemia que acabaría con su vida. Un santo de la puerta de al lado”.