Zapatero y los símbolos religiosos

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)

La fotografía de Zapatero cubriéndose los zapatos en una mezquita y la cabeza con la kipá en el Museo del Holocausto de Jerusalén, es la imagen esperpéntica de un presidente que busca la Alianza de Civilizaciones con desprecio a los símbolos cristianos. Recientemente fue invitado, durante la celebración del centenario de la Federación Española de Fútbol, a lanzar un simbólico penalti a Iker Casillas . Al fondo aparecía un crucifijo que sirvió para un acto religioso previo. Las agencias recogieron la foto con su conocida sonrisa y la cruz de telón de fondo. El País y El Mundo eliminaron la cruz con photoshop, como en los mejores tiempos de Stalin, todos al servicio del zar laico. Uno no sabe a qué juega su pléyade de asesores, que por un lado recelan de la cruz y, por otro, se desgañitan por mostrar una imagen presidencial respetuosa con el Islam y el Judaísmo. Aún queda una esperanza: que cambie de postura y deje de hostigar a los símbolos cristianos como sucedió con la bandera de los Estados Unidos, ante la que un día no se levantó mientras desfilaba por Madrid y ante la que ahora se ha arrodillado en su reciente visita a la Casa Blanca. Me quedo con una frase suya en Estambul: “Las religiones siempre deben servir a la causa de la paz”. Me convenzo de que lo suyo es de una esquizofrenia brutal y que todo depende del lugar en el que esté, o del asesor que le acompañe. En el diván del Mago de Viena, esta enfermedad hubiera dado resultados francamente curiosos. Si no le importa usar la kipá, el chador, el turbante o las filacterias, no debiera empecinarse en despreciar la cruz.

Publicado en el nº 2.680 de Vida Nueva (del 24 al 30 de octubre de 2009).

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