Yo también soy Benedicto

Amadeo Rodríguez(+ Amadeo Rodríguez Magro– Obispo de Plasencia)

Benedicto XVI dijo lo que ha dicho siempre, y lo mismo dicen los que son fieles a la doctrina católica en materia de moral sexual, matrimonial, etc.; incluso si es dicho en un contexto en el que el SIDA es un problema especialmente dramático y donde, por cierto, la Iglesia católica es pionera en prevención, tratamiento y asistencia”

A  veces es tanta la prisa de algunos por borrar el arraigo social de la Iglesia católica, que cometen errores tan sonoros como el de pretender “reprobar” al Papa, con el pretexto de unas declaraciones mal leídas. Hay sectores –con colaboraciones a veces “contra natura”– que pretenden imponer un pensamiento único –naturalmente el suyo– no sólo legislando en contra de las convicciones de muchos, sino hasta negando el derecho a tener una moral coherente. Insisten, sobre todo, en ignorar, criticar y hasta reprobar a la institución que ha sostenido el sustrato básico de los valores en la sociedad española. Da la impresión de que irrita especialmente la fidelidad y la firmeza de sus convicciones religiosas y morales y la credibilidad de sus obras; y por eso se empeñan con especial afán en que los pastores de la Iglesia “rectifiquen” sus planteamientos. 

Benedicto XVI dijo lo que ha dicho siempre, y lo mismo dicen los que son fieles a la doctrina católica en materia de moral sexual, matrimonial, etc.; incluso si es dicho en un contexto en el que el SIDA es un problema especialmente dramático y donde, por cierto, la Iglesia católica es pionera en prevención, tratamiento y asistencia. El Papa es fiel a la enseñanza de la Iglesia –¡faltaría más!–; y se ha mostrado especialmente respetuoso con los seres humanos y sus capacidades morales, sean del continente que sean. Pues bien, por ser fiel a Dios y también al hombre, está siendo juzgado. Le va a ocurrir lo mismo que a Pedro. La respuesta de éste, la sabemos: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Pues no esperen otra de Benedicto y de los que pensamos como él: hay que obedecer a la conciencia moral antes que al “imperio de la ley” –¡vaya expresión!–. En esto, todos somos Benedicto. 

arodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.660 de Vida Nueva.

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