Yo sí agradezco la entrevista a Bono

(Carmen Llop– Madrid) Comienzo esta carta diciendo que creo en la vida: quien apuesta por la vida, genera vida, en sí mismo y en la comunidad. Me sorprende la cantidad de lecciones que se le dan al señor José Bono, presidente del Congreso de los Diputados, en la sección de cartas publicada en el nº 2695 de Vida Nueva con motivo de la entrevista que le han hecho en estas mismas páginas. Así, se le dice que pida perdón, se preguntan si merece una portada, que si los obispos afirman que se le debe negar la comunión…

Se hace referencia a la cita de la mujer adúltera (Jn 8,11): “Tampoco yo te condeno. Puedes irte y no vuelvas a pecar”. Pues bien, antes de este versículo, Jesús dice: “Aquel de vosotros que no tenga pecado, puede tirarle la primera piedra”.

Considero que, quizás, puede ser más misericordioso (Sant 5,16) este otro: “Reconoced pues, mutuamente, vuestros pecados y orad unos por otros para que sanéis. Mucho puede la oración insistente del justo”. Yo, pecadora, así lo haré.

Hay también otro mandato: “No matarás”. Pero, ¿qué hacemos ante la cantidad de guerras que hay en nuestro mundo, propiciadas por la avaricia, por la ignorancia, por mirar para otro lado, por la hipocresía de muchos (véase la guerra en la República Democrática del Congo por el coltán, un mineral que resulta básico para nuestros teléfonos móviles y para nuestros ordenadores)? ¿Acaso estas víctimas son voluntad de Dios, de ahí entonces que tan sólo sean unos pocos los que protestan por ellas y denuncian lo que les sucede? El “no matarás” es tanto para los no nacidos como para los ya nacidos.

Pertenezco a lo que se denomina cristianos de “a pie”. Necesito escuchar, leer, conocer la diversidad que hay en la Iglesia. Recuerdo una frase de santa Teresa de Jesús: “Lee y conducirás; no leas y serás conducido”. Por eso, igual soy una ingenua, pero yo sí agradezco esta entrevista al señor Bono, y otras que he disfrutado en su católica revista.

Como cristiana sencilla, sí me deja perpleja que nuestro Papa, y desde el Vaticano, se estén dando pasos para la unión de las Iglesias (como sucede con el caso de los lefebvristas), buscando lo que nos une más que lo que nos separa, mientras que aquí se dice que algunos obispos españoles afirman que hay ocasiones en las que se debe negar la comunión. Ya digo que soy ignorante, pero si queremos la comunión con otras formas de intuir, vivir y practicar las enseñanzas de Cristo, ¿cómo vamos a tomar otro camino con el señor Bono? Pido al Señor que nos haga ver la voluntad de Dios, la Suya, no la nuestra ni la de otros, para seguirla con su misma misericordia y Amor.

En el nº 2.696 de Vida Nueva.

Compartir