Volver la mirada a la ciudad

J M Arnaiz(José María Arnaiz– Ex Secretario General de la Unión de Superiores Generales)

“Hacia dónde vamos? Sin duda, la tendencia es convertirnos en grandes conglomerados de 15, 20 y 30 millones. El desafío es muy concreto: ser y proceder como ciudadanos, conciudadanos y creyentes en esa realidad. De lo contrario, el caos se apoderará de una gran parte de la humanidad”

La humanidad tiende hoy a vivir en conglomerados urbanos y a abandonar el pasado rural. El fenómeno es relativamente nuevo, sobre todo en Asia, América Latina y África. No tiene precedentes. En este último tiempo me ha tocado atravesar megalópolis como São Paulo (19 millones), México DF (22), Buenos Aires (13) y, por supuesto, Santiago de Chile (7), donde vivo.

En esos recorridos, me he sentido como un ciudadano solitario en un mundo multitudinario; expuesto a la imprevisibilidad e inestabilidad, más abierto a los demás, pero más impaciente. Me he podido dar cuenta de que el fenómeno urbano va unido a las dificultades de alojamiento, circulación, desagüe, iluminación, creación de suburbios o villas miseria, segregación; seducción de los nuevos productos y sentir la necesidad de lo superfluo.

¿Hacia dónde vamos? Sin duda, la tendencia es convertirnos en grandes conglomerados de 15, 20 y 30 millones. El desafío es muy concreto: ser y proceder como ciudadanos, conciudadanos y creyentes en esa realidad. De lo contrario, el caos se apoderará de una gran parte de la humanidad. Se trata de una tarea enorme e inédita. Estamos en un punto decisivo de la evolución social humana, y al que se presta muy poca atención. Para Pablo VI es el primero de los problemas sociales nuevos (OA, 77). Sin embargo, en estos más de 30 años hemos hecho poco en esta dirección.

El problema humano, social y pastoral es muy grande. ¿Cómo se evangeliza en este contexto? ¿Cómo visita un “pastor” a las ovejas que viven en un 16º piso? ¿Cómo crear vínculos de comunidad parroquial en ese contexto? ¿Cómo se da un mensaje de esperanza por medio de la fraternidad vivida y la justicia concreta? ¿En qué se convierten las CEB en este clima? ¿No estaremos trasladando la pastoral rural a la realidad de la gran ciudad?

jmarnaiz@vidanueva.es

En el nº 2.680 de Vida Nueva.

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