‘Via Crucis / Via Lucis’

Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de BarcelonaSEBASTIÀ TALTAVULL ANGLADA | Obispo auxiliar de Barcelona

Inseparables. Es el camino que recorremos cada día con sus sombras y sus luces. El camino del mismo Jesús, cruz y luz, para Él, pero también para nosotros, plenamente identificado, fuente de vida para todos y para siempre. De Él –de Jesús– nos dice la fe que, “reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre sobre todo nombre… y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor” (cf. Fl 2,7-11). La Luz ha iluminado la Cruz y somos atraídos hacia Él.

El papa Francisco dice que “hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua” (EG 6). Via Crucis sin Via Lucis, una cruz sin luz. Una realidad decepcionante, callejón sin salida, frustración total, muerte sin resurrección. “Comprendo –sigue el Papa– a las persones que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias: Me encuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha. Pero algo traigo a la memoria, algo que me hace esperar. Que el amor del Señor no se ha acabado, no se ha agotado su ternura. Mañana tras mañana se renuevan”.

Los relatos de la Pasión deben conducirnos a los de la Resurrección, los relatos de la Cruz a los de la Luz, no solo como vivencias de unas jornadas al año, sino como estilo de vida, cada día. Acostumbrados a que convoque más la muerte que la vida, necesitamos una conversión personal y pastoral que nos oriente hacia una mayor celebración de la Vida en el corazón de la comunidad cristiana, así la Luz pascual del testimonio cristiano llegará a todas las periferias.

En el nº 2.935 de Vida Nueva.

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