Una portada injusta

EMILIO FERNÁNDEZ-MARTOS (MADRID) | Quiero manifestar mi total disconformidad con la portada y el editorial del nº 2.966 de Vida Nueva, a la que llevo muchos años suscrito y de la que soy fervoroso admirador por su objetividad y “visión adelantada” del mundo cristiano y eclesial, que rechaza de forma no disimulada, pero siempre aceptable, las posturas más retrógradas propias de otros tiempos.

No soy militante del Partido Popular, pero me parece profundamente injusto poner en la portada que en la Iglesia “no debemos nada al PP”, en vísperas de unas elecciones generales y sabiendo que, si se constituye cualquier Gobierno en el que no participe el PP, la animadversión a la Iglesia católica de todos los demás partidos será sencillamente demoledora.

Acabo de ver los programas de todos y, desde Podemos al PSOE, pasando por Ciudadanos, se propugna la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede, la sujeción al IBI y a otros impuestos, la supresión de la Religión en centros públicos y concertados, y en estos, si son confesionales, dejar la enseñanza religiosa fuera del horario escolar, tratando de suprimir los conciertos y, en algún caso, con la obligación de rendir cuentas en el Congreso anualmente de toda actividad económica que realice cualquier institución de la Iglesia…

El desencanto de la legislatura, basándose en que no se ha llegado a la supresión prometida de la regulación del aborto o la no denuncia de los matrimonios homosexuales, aunque las dos leyes se hayan recurrido al Constitucional, es para ustedes motivo suficiente para ese ataque en vísperas electorales a un partido que, si bien nunca se ha manifestado como ejecutor de la doctrina católica, pues en sus filas hay gente de diversas sensibilidades, es, sin embargo, el único que apoya la mayor parte de los valores cristianos.

Si la política del PP ha propiciado a Vida Nueva pregonar “el desencanto” con su legislatura, pienso que, muy probablemente, añorarán muy pronto aquella si nos gobierna cualquiera de las otras posibles alternativas. Si no, al tiempo.

¿No han pensado ustedes que en muchas ocasiones la cúpula de nuestra Iglesia nos defrauda también con corrupciones, errores y ostentaciones poco edificantes, y, sin embargo, la seguimos queriendo? Gracias a posturas y descalificaciones como esta, puede que vengan los verdaderos enemigos políticos de una Iglesia a la que odian sin paliativos y que posiblemente los defrauden a ustedes y a nosotros más de lo que ha practicado el PP. Ojalá me equivoque.

En el nº 2.970 de Vida Nueva

Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com

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