Una pandemia permanente

Camilo Maccise(Camilo Maccise– Mexicano, expresidente de la Unión de Superiores Generales)

“Todos estamos expuestos a un bombardeo diario de decenas de virus, bacterias y hongos, que podemos combatir, pero millones y millones de personas no tienen acceso a los medios necesarios para llevar una vida digna que facilite vencerlos”

Desde finales de abril de este año, una de las principales noticias que los medios de comunicación han difundido en todo el mundo ha sido la de la terrible “gripe porcina”. Especialmente en México, donde comenzó a extenderse, ha causado preocupación, angustia, miedo colectivo. El Gobierno y las organizaciones sanitarias decretaron el cierre de escuelas, restaurantes, lugares de reunión masiva, junto con el uso de mascarillas para protegerse del virus AH1N1.

Se ha hecho ver que el manejo noticioso ha sido exagerado y que no sería remoto pensar que detrás de todo esté también el interés lucrativo de laboratorios y empresas. Biólogos han puesto de relieve que la gripe común ocasiona medio millón de muertes al año; que tres millones de personas mueren anualmente por la malaria y no se crea la histeria colectiva que hay por unas decenas de muertos por la gripe porcina. 

Por otro lado, en los países en vías de desarrollo, cientos de miles de niños mueren por desnutrición -sólo en México unos cien a diario-, y esas muertes son ignoradas y no causan reacción alguna.

Todos estamos expuestos a un bombardeo diario de decenas de virus, bacterias y hongos, que podemos combatir, pero millones y millones de personas no tienen acceso a los medios necesarios para llevar una vida digna que facilite vencerlos. Muchas enfermedades son causadas simple y sencillamente por falta de alimento, de agua potable, de habitación conveniente, de instrucción adecuada. Quienes sobreviven en la miseria son los más vulnerables frente a enfermedades y epidemias. Está bien preocuparse por las nuevas epidemias que pueden transformarse en pandemias, pero no hay que olvidar las pandemias permanentes que podrían superarse si hubiera más justicia en el mundo.

cmaccise@vidanueva.es

En el nº 2.663 de Vida Nueva.

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