Una mofa y una vergüenza para todos

Ser un referente, o hasta un ídolo, no da patente de corso para hacer lo que a uno le dé la gana; al contrario, sobre todo cuando uno es periodista y la ética debería ser su máxima. En contra de lo que él dijo cuando intentó pedir disculpas, Manolo Lama no pretendía sacarle una sonrisa al “indigente” de Hamburgo, ni demostrar la solidaridad de los atléticos antes de la final de la Europe League. Sólo se mofó de un mendigo para distracción de la audiencia de las Noticias. Las imágenes de Cuatro (al menos tan culpable como Lama) son un “espectáculo denigrante” y una “humillante agresión informativa”, en palabras de Cáritas y otras entidades de acción social. Alguien debería tomarse en serio que las televisiones estén sobrepasando los límites con tanta impunidad.

En el nº 2.708 de Vida Nueva.

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