Sólo para quienes creen y crean

(Pablo d’Ors– Escritor)

“Creemos, amamos y creamos sólo los insatisfechos. El precio del arte, como el del amor y de la fe, es la insatisfacción. La insatisfacción lleva a la búsqueda, y en esa búsqueda se nos va la vida de amantes, creyentes o artistas”

Para ser un buen escritor hacen falta dos cosas, tres: tener una vida interesante (y no me refiero a las peripecias externas, sino al modo de encajar lo que sucede), saber observarla y, en fin, un poco de oficio para describirla con decencia. Esto último es lo menos importante. No se puede ofrecer algo vivo, en cambio, si no hay un pálpito detrás. Por desgracia, solemos huir de una vida con muchos pálpitos. Claro que no es que para ser escritor haya que vivir al filo, pero hay que vivir, desde luego. No puede uno instalarse; los libros se le mueren a uno en las manos en cuanto lo hace.

Con la fe, como con el amor, sucede exactamente lo mismo. ¿Y todo esto para decir que hay que vivir, amigo mío? Pues sí, y conviene recordarlo; pues yo veo demasiados cadáveres andantes.

Lo que pasa es que eso de vivir no se lo puede uno proponer demasiado. Va con el temperamento. Yo, por ejemplo, me meto de vez en cuando en unos líos monumentales. No los voy a contar aquí, pero cuando estoy en esos líos me pregunto cómo he podido caer en ellos una vez más, con lo que ya he pasado, con lo mayor que soy. Y nada, no aprendo: como la cabra al monte, mi personaje tiende a la aventura. Podrá ser una aventura religiosa, literaria, espiritual…, no importa; cada uno tendrá la suya. Pero hay que tenerlas, querido amigo, esa es la cuestión. Si por dentro no hay algo que se mueve, si no late en nuestras entrañas una revolución -o al menos una revuelta-, ¿qué batalla va a sacarse fuera? ¿La de estar encantado de conocernos? ¿La del propio equilibrio y ociosidad?

Creemos, amamos y creamos sólo los insatisfechos. El precio del arte, como el del amor y de la fe, es la insatisfacción. La insatisfacción lleva a la búsqueda, y en esa búsqueda se nos va la vida de amantes, creyentes o artistas. No sé si me he explicado, pero más o menos es así como yo veo las cosas.

En el nº 2.639 de Vida Nueva.

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