Unos 35 millones de personas (en su mayoría, en países subdesarrollados) tienen el virus del VIH. Para organizar una lucha tan importante, cada dos años tiene lugar una Conferencia Internacional sobre el Sida. La última, celebrada del 18 al 23 de julio en Viena, ha puesto en evidencia que cada vez son más los avances médicos contra la enfermedad, aunque se corre el riesgo de que, en época de crisis, los países más ricos paralicen proyectos investigadores que son vitales. Más allá de lo hablado, también conviene hacer hincapié en la prevención (el más eficaz de los métodos) y reconocer el papel de la Iglesia: allí donde haya un enfermo de sida, suele estar la caricia de un cristiano.
En el nº 2.717 de Vida Nueva.
