Sarajevo

Fernando Sebastián, cardenal arzobispo emérito  FERNANDO SEBASTIÁN | Cardenal arzobispo emérito

En estos momentos los españoles deberíamos leer y meditar el reciente mensaje del Papa en Sarajevo. Todos queremos vivir en paz. La paz es posible a pesar y por encima de todas las diferencias. Aunque tengamos ideas distintas o religiones diferentes, podemos vivir juntos y en paz. Depende de nosotros.

Para ello tenemos que mirarnos a los ojos y vernos como seres cercanos, con sentimientos, con necesidades y aspiraciones muy parecidas. Nadie debe excluir a nadie. La derecha no debe excluir a la izquierda, ni la izquierda a la derecha. Los creyentes no podemos excluir a los ateos ni los ateos a los creyentes. Tenemos que superar la mentalidad de las exclusiones. “Valorar lo que nos une y ver las diferencias como posibilidades de enriquecimiento”, ha dicho el Papa.

Estamos viviendo un momento importante. Tenemos que tomar decisiones de muchas consecuencias. Pensemos las cosas con honestidad y responsabilidad. Las lamentaciones no sirven de nada. Hay que pensar antes de decidir. Vivir en libertad es muy hermoso. Pero la libertad hay que ganarla y defenderla con la prudencia y las decisiones de cada día.

La paz se construye desde la justicia. Todos tenemos derecho a la justicia. Y Jesús dijo que la única justicia verdadera es el amor. Solo aceptándonos, ayudándonos, amándonos, nos haremos justicia. Esta justicia nos viene de Dios. Por eso la paz es don de Dios. Él ilumina la inteligencia y guía los deseos para que hagamos paz y no guerra.

La negación de Dios conduce a la dispersión y al enfrentamiento. Reconocer a un Padre común nos acerca y nos hace hermanos. Sin un Padre común, todos somos lejanos y desconocidos. Estamos sufriendo las consecuencias del olvido de Dios. Nos fuimos alegremente de la casa del Padre común; ahora necesitamos valor y humildad para volver. Sin este retorno no encontraremos la paz.

En el nº 2.946 de Vida Nueva

Compartir