Participantes en las Jornadas de Pastoral Juvenil Vocacional de CONFER
SOFÍA CONTRERAS, fi, Área de Pastoral Juvenil Vocacional de CONFER | La propuesta de las Jornadas de Pastoral Juvenil Vocacional (PJV) celebradas hace unos días invitaba a reflexionar sobre la significatividad de la PJV en diferentes ámbitos, con la precupación y el entusiasmo por lograr una pastoral que llegue a los jóvenes y que sea de ellos más que para ellos.
Un camino que pase por “amar, ser y actuar… acordándonos siempre de apuntar al Sol (Jesús, fuente de luz), que ilumina a la Luna (Vida Consagrada, VC) que alumbra la noche. Hemos encontrado la luz pero no somos la luz, somos reflejo de esa luz”.
Desde aquí tenemos que generar nuevos modos de estar, dar un salto de confianza, configurar comunidades en verdadera fraternidad, repetir el abrazo del Amor de Cristo. Dios sigue llamando, es una llamada sobrenatural que no es cuestión de actitudes ni de aptitudes; la mediación humana es fundamental.
Mirar el mundo con simpatía, con otra mirada, con otra perspectiva, con otros colores. Tenemos una llamada a no dejarnos morir, los carismas son del Espíritu… Si queremos ser significativos, hemos de ser testigos, testigos de Jesús, provocar el encuentro de los jóvenes con Jesús.
En los ecos finales de las jornadas se afirmaba: “Se cuenta, se dice, se rumorea que a Dios ya nadie le escucha, que no hay profetas y que no abundan las visiones… que la VC ya no es significativa y que los jóvenes se han vuelto indiferentes. Se grita que ya es de noche, de esas noches oscuras en las que no se ve nada… Hay que ‘romper la noche’ para ser significativos, pero teniendo siempre claro que el lenguaje de Dios es el lenguaje vehicular de todo lo que comuniquemos y arriesgándonos a soñar porque como bien sabemos todos, Dios nos habla en sueños. ¡¡Podemos romper la noche!! El miedo no es de Dios, necesitamos soñar… ¿Nos atrevemos?”.
En el nº 2.820 de Vida Nueva.
