Robert Mugabe desata el terror en Zimbabwe

Denuncian el traslado de opositores al régimen a campos de tortura en la selva

(J. C. R.) Mientras siguen sin hacerse públicos los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 29 de marzo en Zimbabwe, diversas fuentes han dado la voz de alarma sobre una campaña de terror lanzada por el régimen de Robert Mugabe contra las personas sospechosas de haber votado al principal partido de la oposición, el MDC. La comisión electoral que ordenó el recuento de votos en 23 distritos electorales donde Mugabe había perdido, alarga la situación hasta el infinito.

Lo peor es que este retraso ha dado tiempo a los partidarios de la dictadura para pasar a la acción. Según el secretario general del MDC, Tendai Biti, “desde el día de los comicios, diez personas han sido asesinadas, más de tres mil familias han sido desplazadas y hay al menos 400 militantes de la oposición detenidos”.

También el New York Times ha denunciado una campaña de represalias llevada a cabo por militantes del ZANU-PF, soldados y “veteranos de guerra”, los cuales llevan varios días incendiando casas de partidarios de la oposición y propinando palizas a éstos, algunos de los cuales han sido trasladados a campos de tortura en zonas boscosas del país. El diario asegura que cada día huyen del país unas mil personas. Además, esta violencia postelectoral está impidiendo el acceso de muchas personas a las ayudas alimentarias, según la asociación nacional de ONGs de Zimbabwe. Y lo poco que llega acaba por ser repartido sólo entre los partidarios del ZANU-PF.

Armas desde China

Para muchos observadores, parte del problema es que el presidente surafricano, Thabo Mbeki, que preside la confederación de Estados del África Austral (SADC), se ha negado a presionar a Mugabe para que deje de practicar el juego sucio. Así lo manifestó el líder del MDC, Morgan Tsvangirai, quien según los observadores independientes habría ganado las elecciones y se ha exiliado en Sudáfrica. Quien sí ha tomado una posición más clara es el presidente de Zambia, Levy Mwanawasa, el cual pidió a otros países africanos que no dejaran entrar en sus aguas un barco chino que transportaba un enorme cargamento de armas para Zimbabwe. El navío estuvo anclado en el puerto surafricano de Durban y tuvo que zarpar después de que el sindicato de estibadores se negara a descargar las cajas con municiones y artillería ligera. Aunque se temía que pudiera terminar fondeando en Angola, cuyo gobierno es aliado de Mugabe, un portavoz del ministerio de Exteriores de China declaró el pasado día 21 que el barco podría tener que volver a su lugar de origen.

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