Prepara tu belén

Antonio-Gil(Antonio Gil Moreno)

“Preparemos el nacimiento, no sólo en la parroquia o en el salón de casa, sino allá dentro de nosotros, en el pesebre humilde y sencillo de nuestro propio corazón. Que no falte la fe como pórtico de todo”

Prepara tu belén, preparemos el nacimiento, no sólo en la parroquia o en el salón de casa, sino allá dentro de nosotros, en el pesebre humilde y sencillo de nuestro propio corazón. Que no falte la fe como pórtico de todo, es decir, “no sólo creer en Dios, sino creer que Dios nos ama”, como gustaba decir el Abbé Pierre; que no falte la esperanza, como musitaba García Lorca, “esperando, el nudo se deshace y la fruta madura”; que no falte el amor, como soñaba Pascal, “el amor no tiene edad, siempre está naciendo”; que no falte la bondad, como razonaba san Francisco de Sales, “no saber mostrarse bueno con los malos es una prueba de que no es uno bueno del todo”; que no falte la pobreza, como vaticinaba J. Kennedy, “si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”; que no falte el sentimiento, como adivinaba fray Luis de León, “el intelecto busca, pero es el corazón el que halla”; que no falte la paz, como la contemplaba Pío XII, “el hermoso fruto de la justicia”; que no falte la verdad, como la situaba Séneca, “prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones”.

Y que no falte jamás el Niño, como lo cantaba el poeta en sus versos dedicados al Nacimiento: “… y desposado / con nuestra humanidad, tomó la ardida / senda del pobre, débil, sin guarida, / Niño en pesebre y por amor marcado”.

agilmoreno@vidanueva.es

En el nº 2.687 de Vida Nueva.

Compartir