Pobreza y deseo

(José María Rodríguez Olaizola, SJ- Sociólogo jesuita)

“El deseo de combatir la pobreza también está ahí. Pero el deseo ha de ser ambicioso, urgente, inquieto e incómodo (…) El deseo ha de encontrar cauces para partir, repartir y compartir el pan, la paz y la Palabra”

Del 13 al 20 de octubre se celebra la ‘Semana contra la pobreza’. El día 15 de este mes -el próximo viernes- se señala como Día internacional para la erradicación de la pobreza en el mundo. No hace falta saturar con datos. La realidad está ahí -y es que hay gente que vive en perpetua crisis económica, desde que nace hasta que muere-.

El deseo de combatir la pobreza también está ahí. Pero el deseo ha de ser ambicioso, urgente, inquieto e incómodo. Para que no sea únicamente un vago interés o una ligera conciencia de lo injusto. El deseo ha de encontrar cauces para partir, repartir y compartir el pan, la paz y la Palabra. Combatir la pobreza desde el sueño de una dignidad común; desde la igualdad de oportunidades; desde el acceso a la educación; desde la liberación de las esclavitudes que nos aíslan en burbujas impermeables al prójimo.

Hay tantas tareas por acometer… Hay tantas heridas que sanar, y tantos lamentos que esperan respuesta… Demasiadas veces nos suena este discurso a palabra gastada. Quizás incluso, al leer esta columna, puedas pensar: “Esto es lo de siempre”. Pero, mientras en esa cruz sigan muriendo víctimas inocentes, lo de siempre seguirá siendo escándalo y llamada. No podemos rendir el anhelo, el sueño, la justicia y la palabra. No podemos renunciar a pelear contra las pobrezas que hieren, que aniquilan, que silencian la Vida, las vidas de tantos hermanos nuestros.

El reto es aterrizar los deseos, encontrar “cómo”, aventurarse por caminos para generar encuentro. Pero es posible. Creemos en un Dios que se atrevió a buscar un modo, cuando se hizo carne y acampó entre nosotros, haciéndose pequeño para encontrar a los pequeños y hacerlos grandes.

En el nº 2.631 de Vida Nueva.

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