Palacios episcopales

(Luis Groizard– Madrid) El Concilio Vaticano II ha modernizado la Iglesia. Pero aún subsisten viejos aspectos que pertenecen a otra época, que tampoco es preciso juzgar (porque cada uno es hijo de su tiempo y la Iglesia, a pesar de su vocación de eternidad, está compuesta de hombres de carne y hueso), pero tampoco es necesario imitar. Por poner ejemplos. Cuando en un obispo se antepone al nombre “Excelentísimo y reverendísimo”. O cuando se habla de “Palacio Episcopal”, cuando debería hablarse de casa o residencia.

Yo, desde luego, no me imagino al Señor viviendo en un palacio. Éstos podrían dedicarse a oficinas del Obispado, de no interesar venderlos, y el obispo podría vivir en un piso normal, mejorando su imagen ante el pueblo descreído.

En el nº 2.711 de Vida Nueva.

Compartir