¡No te olvides de los pobres!

Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona SEBASTIÀ TALTAVULL ANGLADA | Obispo auxiliar de Barcelona


En el momento de su elección como obispo de Roma y sucesor de Pedro, el papa Francisco escuchó de un cardenal amigo suyo esta humilde sugerencia: “¡No te olvides de los pobres!”. Un pensamiento muy arraigado en los primeros cristianos, como lo demuestran estas palabras de Pablo: “Tan solo nos pidieron que nos acordásemos de sus pobres, cosa que yo he procurado cumplir con gran solicitud” (Ga 2,10).

Lo peor que puede pasarnos es que nos acostumbremos a no pensar en ellos. La insensibilidad social nos lleva a crear un mundo ficticio que olvida la realidad, y la realidad es dura; la que sabemos, porque interesa que la conozcamos, y la que no sabemos, porque interesa demasiado que la ignoremos. Un mundo de intereses económicos y de poder maneja los hilos de una información que dice solo lo que le interesa. En el mundo existen dramas humanos olvidados que no interesa dar a conocer porque de ellos no puede extraerse ningún beneficio económico.

Cuando Francisco nos dice que quiere una Iglesia pobre entre los pobres, nos está pidiendo urgentemente una presencia real, efectiva y afectiva que lleve a una transformación de aquellas personas y entidades que pueden ayudar a superar esta inacabable crisis. Esta Iglesia, la nuestra, es la que trabaja a favor de los inmigrantes y quiere recibir a los refugiados que solicitan ser acogidos, precisamente cuando en este momento son expulsados de nuestras fronteras.

A la generosidad de la oferta se le impide responder al angustioso clamor de la demanda. Pido al Señor que los endurecidos corazones de quienes tienen la responsabilidad de las decisiones sobre los que huyen del hambre, de la violencia y de la injusticia, se ablanden y sean capaces de acoger e integrar a quienes tienen la misma dignidad que cualquiera de nosotros y, de hecho, son excluidos.

En el nº 2.984 de Vida Nueva

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