No se olvide, Sr. Rajoy

Fernando Sebastián P+ FERNANDO SEBASTIÁN | Arzobispo emérito

“Como ciudadano y católico, por el bien de toda la sociedad, solo quiero que los gobernantes, en sus actuaciones de gobierno, respeten claramente la moral natural, la moral de la recta razón, la moral fundada en la naturaleza humana, común a todos, que es soporte indispensable para toda sociedad”.

Estamos viviendo una época de transición. No sabemos cuándo van a ser las elecciones, pero los candidatos están ya en campaña. El Sr. Rajoy comienza a descubrir cuáles van a ser sus principales actuaciones. Queda claro que va a centrar su atención en las cuestiones económicas. Lo más urgente es poner nuestra economía en condiciones de crear puestos de trabajo. Bien está.

Me preocupa no haberle oído decir ni una palabra de la regeneración moral de nuestra sociedad. No, no tengo ninguna añoranza del confesionalismo. Ni quiero que el Gobierno entre en cuestiones religiosas que no son de su competencia. Ni pretendo tampoco imponer la moral católica a nadie.

Como ciudadano y católico, por el bien de toda la sociedad, solo quiero que los gobernantes, en sus actuaciones de gobierno, respeten claramente la moral natural, la moral de la recta razón, la moral fundada en la naturaleza humana, común a todos, que es soporte indispensable para toda sociedad. Lo acaba de decir el Papa en Croacia: “Si Europa reaviva su conciencia moral se salvará; sin conciencia moral, Europa no tiene remedio”. Y España tampoco.

Respetar la conciencia moral quiere decir respetar y apoyar la vida humana desde su inicio hasta su fin, apoyar claramente la familia fundada en el matrimonio estable entre varón y mujer, favorecer y apoyar la natalidad, poner sensatez y seriedad en la educación de niños y jóvenes, exigir imparcialidad y veracidad en la vida pública, en los medios de comunicación, en las declaraciones y actuaciones de los políticos, eliminar la mentira, las calumnias, los favoritismos, las trampas y corrupciones en la vida política.

Sin una auténtica regeneración moral de nuestra sociedad, no saldremos de la miseria. Todos tenemos nuestra parte en ello. También el Gobierno. Piénselo, Sr. Rajoy.

En el nº 2.758 de Vida Nueva.

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